Localización: Herrera de Pisuerga
Las esclusa y elementos complementarios
La esclusa tiene forma oval, puente de paso y boquillas para el batán. Se construye como todas las precedentes con sillería de piedra caliza
Esta esclusa se libró de que perforaran una de sus paredes porque el aliviadero desagua en el canal de derivación del antiguo batán. También es de agradecer que en la retención se hayan abierto esas aparentes ventanas que posibilitan la visión del Canal aguas arriba de la esclusa. En la parte inferior izquierda de la segunda imagen se distingue el rebaje en el muro correspondiente al telar o guardapuertas.
Aliviadero y caja de boquillas |
El puente de la esclusa es de medio punto y se conservan los pretiles y las aletas.
Además del puente de la esclusa existen otros dos en la margen izquierda, a la entrada y salida de la derivación, que permiten la continuidad del camino de sirga.
Primer puente de la derivación |
Segundo puente de la derivación |
Desagüe de la derivación en el Canal |
El Batán del rey
En 1791, según testimonio de Jovellanos, se había instalado un batán de paños junto a la esclusa 7 del ramal Norte. A comienzos del año siguiente, Juan de Homar planteó la idea de que «podría habilitarse, con facilidad y muy poco costo, para batán de pieles de ante, gamuzas y demás…». La propuesta de Homar fue bien acogida en la Secretaría de Hacienda de manera que, en los meses siguientes, el primer establecimiento se transformó en un batán de antes y curtidos, de dos ruedas y cuatro pilas, y en octubre de 1793 se pudieron presentar las primeras muestras de las pieles elaboradas en la nueva fábrica. Según el propio Homar, hacia 1800 la fábrica disponía de toda la maquinaria necesaria, impulsada por energía hidráulica, para llevar a cabo las tareas de «pelar, descalar y zurrar».
El segundo objetivo planteado por Homar era que «con esta fábrica y con los guardas agricultores que está dispuesto se dispongan se pueble aquel distrito [despoblado de Nestar] …». No obstante, en oficio de 19 de junio de 1792, Homar y el tesorero del canal, Juan Mozo, propusieron al secretario de despacho de Hacienda, Diego Gardoqui, posponer el poblamiento de Néstar en favor de Alar.
A pesar de las optimistas expectativas de Homar sobre el futuro de la fábrica, optimismo no compartido por Jovellanos, lo cierto es que la Real Fábrica de curtidos de Herrera fue crónicamente deficitaria. En mayo de 1820 la fábrica se hallaba inactiva y su edificio se transformó en una fábrica de harinas titulada «La Séptima o El Batán”, dotada de tres piedras, elementos para la limpia y el cernido y almacén.
En 1839, la sociedad Mora y Portilla tomó en arriendo la fábrica y planteó aumentar la capacidad de molturación teórica de la misma. Así, en abril de 1843 introdujeron una piedra más movida por un rodezno en el desagüe.
La 1869 la reedificación de la fábrica corrió a cargo del nuevo arrendatario, Justo Gutiérrez Vélez, quien en 1880 abonaba una renta anual de 20.000 reales hasta 1887 en que el arrendamiento quedó vacante. El último arrendatario del que se tienen noticias fue F. Illera, pues así figura en 1894.
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