miércoles, 24 de marzo de 2021

Del puente de Carrecalzada al acueducto de Abánades

 Localización: Melgar de Fernamental

 

Puente de Carrecalzada.

Es el primer puente grande de comunicación, como los denomina Juan de Homar en su Memoria de 1800, construido en el ramal Norte, entre 1779 y 1780, que va a servir de modelo a los construidos posteriormente por la Real Hacienda, salvo el de Carraquemada. 

 Mirada desde el puente

 

La arqueta o almenara de Abánades

Ya Jovellanos, en su visita al Acueducto de Abánades, el 23 de septiembre de 1791, descrita en sus Diarios, se refiere a  la presencia de una caseta de riego entre el acueducto y la esclusa 14.

 

En el Inventario de 1851 se señala y describe la alcantarilla de Abánades con su respectiva casilla de la siguiente forma: La alcantarilla es de sillería calcárea y tiene una casilla para abrir y cerrar las aguas también de sillería, cubierta con una cúpula de ladrillo; la  alcantarilla tiene 2 pies de luz por 5¼ de altura y 41 de fondo; la casilla tiene 11¼ por 12½ y 10 pies de altura. Se mantienen los mecanismos de regulación.

  

Alcantarilla y mecanismos

En el exterior vemos como se reorganiza el paramento de piedra caliza en sus cuatro lados con una base en la parte inferior y una cornisa en la zona superior. El forro de piedra que cubría la cúpula de ladrillo ha desaparecido.
 

De la alcantarilla sigue saliendo el agua procedente del Canal como se aprecia a la derecha de la imagen.

El derrame de Abánades

A unos cien metros de la arqueta se encuentra el derrame que, como señala José Luis Alonso Ortega, en la actualidad no deja de ser más que una especie de muro de hormigón almenado. 


El acueducto de Abánades

El puente-acueducto de Abánades, proyectado por Fernando de Ulloa, es una de las grandes obras de ingeniería del Canal. Se construyó entre 1775 y 1780 para salvar la vaguada del río Abánades  o Valdavia. Como indica el propio Ulloa, el paso del río se realizó mediante un puente pues de hacerlo con una presa se expondría a la vega de Osorno a continuas inundaciones.

 

El acueducto en 2010

Se trata de un puente de sillería calcárea de cinco arcos de medio punto, distintos en su diámetro (1 y 4, 8,70; 2 y 3, 8,36; 5, 8,29 m) apoyado sobre cuatro robustos pilares (2, 64 m) con altos tajamares de forma curva. El puente  soporta la caja del Canal y los andenes, flanqueada en su parte superior por dos anchas aletas para dar continuidad a los caminos de sirga. Una cornisa recorre todo el paramento en la base de los pretiles y aletas laterales.

 

Agosto de 2020

Jovellanos, en su visita al Acueducto de Abánades, el 23 de septiembre de 1791, lo describe así: «… el famoso puente-acueducto de Abánades es de cinco arcos de treinta a treinta y seis pies de luz; todo él tendrá la altura de cincuenta pies y como trescientas varas de largo, inclusas las aletas; (…) el agua del canal irá suspendida hasta doce pies sobre el suelo». 

 

El 10 septiembre, en la página web de la CHD se informaba sobre la culminación de las obras de limpieza y consolidación del Acueducto de Abánades. Según dicha información, las citadas obras habían consistido en la limpieza, retirada manual de material vegetal y consolidación de varios puntos de las estructura.

 


Esta no es la primera vez que se repara el acueducto. Ya en 1844, en un informe de reconocimiento se detallaban los graves desperfectos que padecía, de los que se hace eco el Diccionario de Madoz: «… todo él es de piedra sillería y muy sólido; pero sin embargo, se filtra a chorros, y si se ha de evitar su ruina, y los incalculables perjuicios, que son consiguientes a quedar obstruida la navegación, necesita de un pronto y radical reparo dirigido con inteligencia». Tomo XIII, pág.  439, 1849.

 



Las reparaciones se realizaron en 1859 y 1863. Para ello tuvieron que desmontarse los muros y caminos de sirga hasta llegar a las dovelas del puente.

 




Cuando llegó la línea del canal a Abánades ya se había iniciado la construcción de la iglesia y del parque con sus talleres de carpintería y herrería. Todo ello ha desaparecido.


martes, 23 de marzo de 2021

La dársena de Valladolid

 

La dársena de Valladolid constituye el final del ramal Sur. Como consecuencia del ensanchamiento del vaso de la dársena en su margen izquierda, para permitir la construcción del astillero en torno a 1842, aquella adquirió  un perfil asimétrico a partir de los actuales talleres. 


La dársena cierra su extremo final en semicircunferencia y en esta zona circular se ha construido un aliviadero en hormigón de labio fijo, con compuerta metálica, de forma circular, que permite regular el vaciado de la dársena. Estas aguas, mediante conducción enterrada, vierten en el arroyo Villanubla para desembocar en el Pisuerga.



 «En torno a la dársena y al derrame del Canal en el río Pisuerga se configuró hacia 1840 el primer espacio industrial moderno de esta ciudad» (1). En el Inventario de 1851 se mencionan y describen los siguientes edificios e instalaciones que se indican a continuación. En la margen derecha, los almacenes de Miguel de Imaz, el almacén de depósito público, los almacenes circulares y los hornos de ladrillo. 

(1) María Francisca Represa Fernández, Juan Helguera Quijada: La evolución del primer espacio industrial en Valladolid la dársena y el derrame del canal de Castilla (1836-1975) (Un ensayo de Arqueología Industrial).  Anales de estudios económicos y empresariales, ISSN 0213-7569, Nº 7, 1992, págs. 321-352

 

Parte de los almacenes de Imaz, hoy restaurante

Antiguo almacén de depósito público


 En la margen derecha, el almacén de madera, el astillero, la fábrica de fundición de hierro y la fábrica de harinas quemada. 

Frente a la concha del Canal, y al otro lado de la calzada Valladolid-León, el almacén gótico, una caballeriza y la fábrica de harinas llamada del Zaratán. 

No se menciona el almacén de José Rafo, en la margen derecha, ni el almacén griego, ni el desaparecido almacén gemelo, por el ensanchamiento del vaso de la dársena, ni el almacén de carbón en la margen izquierda.

Parte del antiguo almacén de José Rafo,donde se sitúa el Archivo de la CHD


Con posterioridad a 1851,  el rápido crecimiento del tráfico comercial por el Canal y la intensificación del aprovechamiento industrial de los saltos del derrame provocaron importantes modificaciones en la configuración de la dársena y en sus alrededores: la construcción de nuevos almacenes en ambas márgenes de la dársena; la ampliación de la fundición siderúrgica (1856); la reconstrucción de la fábrica de harinas con el nombre de La Palentina (1852); la transformación de la fábrica del segundo salto (1856); el establecimiento de una industria textil en el cuarto salto (1853), con el nombre de La Industria Castellana; y la instalación de una fábrica de harinas en el tercer salto (1856), que más tarde recibiría el nombre de La Perla.

Espacio ocupado por La Fundición y por La Palentina

Los llamados «motines del pan» (22 de junio de 1856) provocaron la desaparición de la mayor parte de los establecimientos señalados anteriormente, aunque la reconstrucción fue muy rápida, permitiendo la ampliación de las instalaciones: en el espacio ocupado por el desaparecido almacén circular se construyó una gran lonja o mercado, y frente a este, se edificó la llamada «casa del muelle» para albergar los servicios administrativos de la empresa del canal y las viviendas de los empleados; se extendió una segunda línea de almacenes. 

 

Antigua "Casa del Muelle"

 

En las instalaciones industriales también se produjeron cambios importantes: la fábrica de harinas del primer salto se reconstruyó y mantuvo la denominación de La Palentina; la Fundición del Canal experimentó una expansión espectacular; en el segundo salto se construyó una nueva fábrica con el nombre de La Providencia; y en el tercer salto se repararon los daños sufridos por la fábrica que se denominaría La Perla.

¿Qué ha quedado en la actualidad de este conjunto de instalaciones? Con el cierre oficial del Canal de Castilla a la navegación en 1959 los edificios de la dársena y las instalaciones industriales de los saltos del derrame experimentarán cambios importantes: en la margen derecha de la dársena desapareció el mercado y la mayoría de los almacenes sufrieron importantes transformaciones y cambios de uso, de forma que solo el antiguo almacén público, hoy convertido en restaurante, y la “casa del muelle” conservan en parte su fisonomía original.

 

Fuente: Página publicitaria del restaurante

 

En la margen izquierda desapareció el antiguo dique y fueron derruidos todos los edificios a excepción de la pequeña fragua, aunque en los años veinte se construyen junto a la fragua los talleres, según proyecto del ingeniero Eduardo Fungairiño, que podemos ver en la actualidad. 

 


Fragua y cocheras

Talleres

Las dos fábricas del primer salto, fusionadas hacia 1940, y orientadas a la producción textil, echarían el cierre en 1986. Por su parte, los antiguos establecimientos industriales del derrame fueron desapareciendo uno tras otros, de manera que solo queda el edificio de la antigua fábrica «La Perla», rehabilitado como sede de un hotel, pero que también cerró sus puertas en enero de 2017. 



 

El pasado 10 de marzo se publicó en el BOE el anuncio de que la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha licitado la limpieza y rehabilitación de la Dársena de Valladolid y la construcción del desagüe de seguridad en el término municipal de Cigales. 

Tras la limpieza
 

Las obras a realizar incluyen la limpieza y reposición de la solera de la Dársena, la recuperación del antiguo Dique Seco y, por último, la construcción de un desagüe de seguridad en el término municipal de Cigales.

 Esta es la imagen que acompaña la noticia en la web de la CHD

Fuente: Web de la CHD



viernes, 19 de marzo de 2021

La esclusa 42

 Localización: Valladolid

 

En la margen derecha de la embocadura se abre una toma para la derivación que sirve al edificio próximo. En la izquierda se sitúa el aliviadero que vertía en el vaso de la esclusa pero tras las obras realizadas en 2009 la pared de la esclusa ya no tiene el arco de desagüe. 




Esta esclusa conservaba las compuertas que fueron montadas hacia 1919; tenemos dudas sobre si se mantienen, remozadas, o han sido cambiadas.



 
El puente de la esclusa tiene arco escarzano, pretiles y aletas.


 

El puente de la derivación presenta un arco de medio punto con bóveda de ladrillo y mampostería de piedra. Los pretiles son de ladrillo con sillares de piedra en la parte superior.



Las fábricas de harinas

Como ya hemos señalado al referirnos a la fábrica de la esclusa 41, según Javier Moreno Lázaro, en diciembre de 1854 la Compañía del Canal decidió proceder a la ejecución a su costa de las obras de las fábricas gemelas de las esclusas 41 y 42, tomadas en arriendo por Nemesio y Miguel Polanco por una renta anual de 50.000 reales. Las fábricas estaban dotadas con 8 pares de piedras y dos turbinas. 


Los hermanos Polanco mantuvieron el arrendamiento de estas dos fábricas entre 1855 y 1860, pues quebraron con ocasión de la crisis financiera de 1864 a 1866.

En 1880 el nuevo arrendatario, E. Guerra, pagaba una renta anual de 31.000 reales, reflejo de la crisis. En 1890 se incorporó el nuevo sistema de molturación austro-húngaro, siendo su titular P. Aguado Rodríguez, quien pagaba una renta anual de 2.500 pts.




La fábrica llegó a tener 5 plantas además del sótano. El edificio actual presenta una planta rectangular con dos plantas en altura más bajo cubierta. El cerramiento se realiza con sillares de piedra caliza y mampostería en la planta baja y con ladrillo en la planta primera.

Alguna informaciones señalan que la fábrica también generó electricidad para los talleres de la dársena de Valladolid en el s. XX. En todo caso, Juan Benito Arranz, en su obra sobre el Canal de Castilla, señala que en el año de 1956 el molino de la esclusa 42 se orientaba a la producción de energía eléctrica. 


El edificio alberga hoy el centro de Gestión y Control de Recursos Hidráulicos de la Confederación Hidrográfica del Duero que, como precisa Eutiquio Muller en su comentario, «permite conocer en tiempo real las variables hidrológicas de la cuenca del Duero, por medio del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) inaugurado el 19 de septiembre de 2011». 

 



lunes, 15 de marzo de 2021

Del puente de Osorno a la esclusa 15

 

El puente de Osorno o de Carraquemada

Ese puente semeja la puerta por la que el canal penetra en los borde de la cuesta de Cenizales.

 

 

La cuesta de Cenizales

A la hora de proyectar el tercer tramo del ramal Norte, de Abándes a Requena, cortar la cuesta de Cenizales constituyó el principal problema. Jovellanos la describe así en sus Diarios: Buscamos el canal en la enorme cuesta de Cenizales, situada a tres leguas de Frómista y un cuarto de legua de Osorno, por donde cruza el canal el espacio de novecientas varas por una excavación que en lo más alto llega a cincuenta y dos pies de profundidad...   

 

De esta cuesta salió mucha tierra y, sobre todo la greda, que se empleó para levantar los diques de la vega de Osorno. En su excavación intervino el regimiento León junto a la cuadrilla de paisanos en 1786. Hasta esta fecha se habían empleado para el transporte carros de bueyes y doce barcas. La necesidad de adelantar las obras en los diques obligóa a construir 20 barcas más.


La esclusa 15 

La esclusa, construida con sillería de piedra caliza, conserva de su estado original la forma elíptica del vaso, el puente de paso, la caja de boquillas y el puente de la derivación. 

 

 

El aliviadero construido en los años sesenta, en la margen derecha, vierte  en la pared del vaso de la esclusa. 

 

El puente de la esclusa presenta arco de medio punto y dispone de pretiles no completos, y aletas. Varios bloques del pretil norte permanecen tirados en el suelo desde hace más de veinte años.


 

El puente de la derivación por el que se devuelven las aguas al Canal también tiene arco de medio punto. 

 

La casa del esclusero se construyó  a partir de 1927 para reemplazar a la preexistente, pequeña, insalubre y de adobe. Responde a la tipología de vivienda, patio lateral y anejos. El cerramiento es de ladrillo. Su estado de conservación es malo.


   


El estado del puente y de la casa del esclusero han provocado que la esclusa haya entrado en la «Lista Roja del Patrimonio»


 

En este espacio del canal de derivación, oculto por la vegetación acuática, el molino maquilero ya estuvo en funcionamiento a finales del siglo XVIII. A mediados del XIX, y a iniciativa de la Compañía del Canal, se transformó en fábrica de harinas. A principio del siglo XX se convirtió en una central eléctrica, pero en 1934 la empresa arrendataria fue autorizada a retirar la instalación y línea eléctrica de dicho salto. Hoy, como se ve no quedan restos.