El puente de Osorno o de Carraquemada
Ese puente semeja la puerta por la que el canal penetra en los borde de la cuesta de Cenizales.
La cuesta de Cenizales
A la hora de proyectar el tercer tramo del ramal Norte, de Abándes a Requena, cortar la cuesta de Cenizales constituyó el principal problema. Jovellanos la describe así en sus Diarios: Buscamos el canal en la enorme cuesta de Cenizales, situada a tres leguas de Frómista y un cuarto de legua de Osorno, por donde cruza el canal el espacio de novecientas varas por una excavación que en lo más alto llega a cincuenta y dos pies de profundidad...
De esta cuesta salió mucha tierra y, sobre todo la greda, que se empleó para levantar los diques de la vega de Osorno. En su excavación intervino el regimiento León junto a la cuadrilla de paisanos en 1786. Hasta esta fecha se habían empleado para el transporte carros de bueyes y doce barcas. La necesidad de adelantar las obras en los diques obligóa a construir 20 barcas más.
La esclusa 15
La esclusa, construida con sillería de piedra caliza, conserva de su estado original la forma elíptica del vaso, el puente de paso, la caja de boquillas y el puente de la derivación.
El aliviadero construido en los años sesenta, en la margen derecha, vierte en la pared del vaso de la esclusa.
El puente de la esclusa
presenta arco
de medio punto y dispone de pretiles no completos, y aletas. Varios
bloques del pretil norte permanecen tirados en el suelo desde hace más
de veinte años.
El puente de la derivación por el que se devuelven las aguas al Canal también tiene arco de medio punto.
La casa del esclusero se construyó a partir de 1927 para reemplazar a la preexistente, pequeña, insalubre y de adobe. Responde a la tipología de vivienda, patio lateral y anejos. El cerramiento es de ladrillo. Su estado de conservación es malo.
El estado del puente y de la casa del esclusero han provocado que la esclusa haya entrado en la «Lista Roja del Patrimonio»
En este espacio del canal de derivación, oculto por la vegetación acuática, el molino maquilero ya estuvo en funcionamiento a finales del siglo XVIII. A mediados del XIX, y a iniciativa de la Compañía del Canal, se transformó en fábrica de harinas. A principio del siglo XX se convirtió en una central eléctrica, pero en 1934 la empresa arrendataria fue autorizada a retirar la instalación y línea eléctrica de dicho salto. Hoy, como se ve no quedan restos.
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