jueves, 4 de marzo de 2021

El Serrón, nacimiento del ramal Sur

 Localización: Grijota

Este es otro de los lugares significativos del Canal de Castilla. Precisamente en este punto tiene su nacimiento el ramal Sur que toma sus aguas del ramal de Campos. A propósito de este nacimiento, Juan Benito Arranz señala que esta idea no es compartida unánimemente, aunque él la defiende como la más lógica. Por el contrario, hay autores que consideran que en El Serrón el ramal Norte se bifurca en el ramal de Campos y el ramal Sur. 





Nada mejor que acudir a la Gaceta de Madrid, de 25/10/1791, para zanjar la cuestión: «En el dia tiene resuelto el Rey y mandado construir, como en efecto ya se ha dado principio, otro canal, el qual recibira las aguas del ya citado de Campos en la cuesta de Grijota, termino de esta Villa, y continuando su curso al Sur se dirigirá por las inmediaciones de Palencia, Dueñas y Valladolid (…)».



A pesar de contar con la descripción que del lugar hace el Inventario de 1851, resulta difícil reconstruir la ubicación de las distintas construcciones que surgieron y desaparecieron en el espacio actual. 




La esclusa triple (25, 26 y 27)  

Constituye el elemento principal de todo el conjunto. Consta de tres vasos ovalados unidos, que presentan ligeras diferncias en longitud, anchura y altura. Están construidos con sillería de piedra caliza. Por su parte, la retención que sustituyó a las compuertas superiores esta construída de hormigón y se corona con una pasarela de losas de hormigón con protecciones metálicas

Las esclusas salvan un denivel de 11,35 m.



En la parte derecha de la embocadura la aleta se une con el muro de entrada de las aguas del cuérnago hacia la fábrica. 




El puente se compone de un arco de medio punto y sus aletas forman el abocinado de salida de las aguas. 



La aleta del lado derecho forma círculo con el cuérnago de la salida de aguas de la fábrica.


En su momento, delante del pretil sur se edificó un acueducto para dar paso al canal de la Nava Norte. Se pueden ver sus restos.

 


El almacén-embarcadero

Aguas arriba de las esclusas se ubica el fondeadero, que está en gran parte cubierto por la vegetación. 

Juan Benito Arranz, al referirse al tráfico de mercancías por el Canal, señala a El Serrón como el principal fondeadero, dado «que disfruta de una espléndida situación céntrica». Efectivamente, a nadie se le escapa el hecho de que por El Serrón pasaban las dos grandes rutas de navegación por el Canal, las de Alar-Valladolid y Alar-Medina del Campo.   


El almacén-embarcadero se sitúa entre el fondeadero y la balsa de los molinos. 




Presenta una planta rectangular, de  41,00  x 10,75  x 3,34 m, y cubierta a cuatro aguas. 


Fue construido con piedra en zócalo, marcos y esquinales y con tapial en el resto que fue sustituido por ladrillo posteriormente. 



Almacén en ruinas

Se localiza próximo al anterior, detrás del embarcadero. Tenía planta rectangular, de 24 x 11 m, y cubierta a dos aguas.  Se cerraba con adobes,  machones de ladrillo en las esquinas y refuerzos de hormigón en el zócalo.

 


El bloque de viviendas

Las viviendas que se conservan en la actualidad  son herederas, en parte, de las que aparecen inventariadas en 1851: la casa del encargado del Estado; la casa del esclusero y la taberna; el corral  con pajar, caballeriza y horno; y la cuadra de la Compañía. La segunda casa citada fue unida a la «fábrica del Cedazo» por lo que la nueva casa de esclusero se construyó en la margen izquierda.

El bloque de viviendas actual, con patio posterior y cuadras, tiene unas dimensiones de 50,70 m de longitud y 24,60-11,20 m de anchura. Para su cerramiento se utiliza el ladrillo con resaltes en zócalo, esquinas, huecos y cornisas.





La casa del esclusero

Tiene planta rectangular, 12,25 x 8,90 m, y doble altura (6,65 m). Los materiales de construcción son la piedra para el zócalo y el ladrillo para el resto. Contiene tres viviendas.



La caseta

Está situada en el saliente de tierra que actúa de divisoria de las aguas del ramal de Campos y del naciente ramal Sur.  Fue construida con adobe y se usó para guardar la barca de la dirección del canal. Este edificio no figura en el Inventario de 1851.

 




Molinos y fábricas de harinas

Al pie de las tres esclusas unidas se establecieron cuatro molinos harineros, un gran almacén, y un edificio separado para los cedazos movidos por ruedas hidráulicas. Encima de cada molino estaba previsto colocar máquinas de ventiladores y cribas movidas también por energía hidráulica. Según Homar, todas estas instalaciones estaban concluidas en 1800 y constituían «una fábrica completa de harinas con graneros suficientes para su repuesto (…)”.

Fuente:panel infornativo del Canal


A esta fábrica de organización horizontal debía referirse Jovellanos cuando visitó la zona en junio de 1795 y escribió en sus Diarios: «…una fábrica de harinas in hoc non laudo, pues dice que se trata de hacer la guerra a la de Monzón».

Como señala Javier Moreno Lázaro, en los años treinta, un grupo  de seis industriales se hizo cargo de la explotación conjunta de los molinos de Grijota («El Serrón» y «Las Eras»). Las harinas obtenidas en estos molinos eran cernidas en almacenes-fábricas explotadas individualmente por cada uno de sus miembros.


A partir de 1837, con la autorización de transformar algunos de los molinos del Canal en fábricas, cambió la fisonomía del espacio industrial de El Serrón. Este proceso de transformación de las instalaciones harineras estuvo protagonizado por empresarios como Luis Arregui, José María Iztueta o Juan González Agüeros.

Los establecimientos de El Serrón, como la industria harinera castellana en general, vivirán años de esplendor hasta la crisis financiera de los años 1863-68. A partir de esta crisis, se inicia un proceso de declive de esta industria en Castilla y León hasta culminar con la pérdida de su hegemonía en el conjunto de España a partir de 1882.


Para adaptarse a esta situación, los hermanos Martínez de Azcoitia realizaron sucesivas  transformaciones entre 1867 y 1875,  que culminaron con la creación de tres grandes harineras.

La primera harinera que instaló en Castilla la Vieja y León los cilindros fue la del quinto salto de El Serrón,  en 1882, a cargo de Lucas Ortiz Vega. Y, en 1907, la única harinera que aparece utilizando los cilindros es la denominada «La 26», arrendada por los hermanos Azcoitia.

Espacio y cimientos del conjunto industrial

Conforme a lo señalado por Juan Benito Arranz, en su obra sobre el Canal de Castilla, en el año de 1956  la fábrica, como la mayor parte de las que subsistían, se orientaba  al «alumbrado y fuerza».

Los restos de la fábrica de harinas que pervive, la 26,  se construyeron sobre el basamento de un molino del que se conserva parte del zócalo de piedra. La fábrica sufrió, el 25 de mayo de 2015, un incendio que dañó de forma considerable el edificio.

 


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