La sexta esclusa del ramal de Campos, Tamariz de Campos
En el tomo VI de su Diccionario, Madoz nos informa en en 1847 la sexta esclusa está a punto de iniciar su construcción. La novedad que presenta hoy día, con respecto a las precedentes, es la instalación de compuertas modernas a la entrada y salida de la esclusa, cuya inauguración se realizó en mayo de 2009 con un viaje desde la esclusa séptima en la embarcación Antonio Ulloa.
En el vaso ya no vierten las aguas procedentes del aliviadero.
El caz para la derivación a la fábrica comienza en el lado izquierdo antes de la embocadura de la esclusa y desagua a la altura de las compuertas..
El puente, como los anteriores del ramal de Campos, consta de dos arcos escarzanos. El arco menor, situado en la margen izquierda, recibe el caudal de la derivación.
Este edificio coincide en gran medida con la descripción que del mismo se hace en el Inventario de 1851.
Tiene planta rectangular (39,90 x 7,50 x 3,25 m) y, en altura, está formado por una planta más bajo cubierta. Originalmente de dividía «en habitación para el esclusero y cuadra para los arrastres de las barcas».
Se construyó sobre cimiento de mampostería con ángulos y pilares de sillarejo y el resto de sus muros de tapial. La casa del esclusero se dividía en portal, cocina y una sala con cuarto y alcoba. Lavegetación no deja ver la fachada principal.
La fábrica de harinas
Esta fábrica se construyó en 1854 por cuenta de la Compañía del Canal por un coste de 521. 501 reales de vellón. Según Javier Moreno Lázaro la fábrica se adjudicó a N. y M. Polanco, por una renta anual de 50.000 reales hasta enero de 1960. Seguiría como arrendataria de ambas fábricas, en el siguiente quinquenio, la sociedad Quintana y Gutiérrez por una renta anual de 60.000 rsv. Esta información es matizada por Virginia Asensio Martínez quien indica que el arrendamiento tenía una validez por diez años y por una renta anual de 1.000 reales por cada artefacto, pagados trimestralmente en monedas de oro o plata. Por su parte, en el documento titulado Artefactos del Canal de Castilla, ramal de Campos se puede leer que la duración del contrato se establecía por diez años y con una renta de 50.000 reales de vellón.
Aclaro que en 1854 las monedas de plata eran el real (un real de vellón), media peseta (dos reales de vellón), peseta (cuatro reales de vellón) y el duro (20 reales de vellón). La moneda de oro era el doblón de Isabel o cinco duros, con un valor de 100 reales de vellón.
La dotación de esta fábrica en 1854 consistía en una turbina, 8 pares de piedras, 5 cedazos, 4 frapores con dos cribas y 2 batidores. En 1870 había 11 cedazos.
El documento Artefactos informa de los sucesivos arrendamientos: Leonardo González Dosal (XII-1866 a XII-1871, 31.000 rsv.), Juan Díaz de la Espina (III-1874 a II-1879, 32.000 rsv.), Saturnino de la Mora (X-1879 a VI-1886, 32.000 rsv.), Lorenzo García Gutiérrez (V-1887 a 30-VI-1892, 15.000 rsv), Emilio Vicente González (I-1907 a 30-XI-2019, 2.000 pts.) y Electra Popular Vallisoletana, desde 1 de julio de 1920, por 4.500 pts.
Por su parte, Javier Moreno Lázaro ofrece datos diferentes para los periodos siguientes: XII-1866 a V-1872, J. Gutiérrez Vélez; 1880, Viuda de Ruiz e hijos; 1894, L. García.
Según se informa en Artefactos, el día 25 de julio de 1887 la fábrica fue destruida por un incendio. La turbina existente fue extraída en 1907 y, tras su reparación, en 1908 se instaló en el molino reconstruido de la esgunda esclusa.
Por el pliego de condiciones convenidas con Emilio Vicente este se comprometió a habilitar los locales necesarios para la instalación de aparatos, vivienda y demás para la producción de energía eléctrica con destino al alumbrado y usos industriales de Rioseco, colocando una turbina nueva capaz de desarrollar toda la fuerza resultante del salto de esta esclusa.
En cuanto a la estructura de los edificios y su funcionalidad, Virginia Asensio afirma que, en un principio y antes del incendio de 1887, el edificio estaba formado por cuatro plantas y un desván. Por su parte, Carrera de la Red lo describe así: La fábrica de la esclusa 6.a consta de dos cuerpos unidos en ángulo. En uno de los cuerpos se situaban los molinos y la maquinaria de limpia, mientras que el otro cuerpo servía de almacenaje. Ambos cuerpos tienen doble altura. Los muros de las zonas donde actúa la fuerza motriz del agua se cierran con sillares de piedra. En la primera planta los muros son de ladrillo visto con cornisas del mismo material y sardineles también de ladrillo en los dinteles curvos de los vanos.
Conforme a lo señalado por Juan Benito Arranz, en su obra sobre la industria harinera, en el año de 1956 la fábrica seguía orientada al «alumbrado y fuerza», aunque es posible que estuviera fuera de uso desde 1940.
El acueducto de Riosequillo, Tamariz de Campos
Casi a mitad de camino entre la sexta y la séptima esclusas del ramal de Campos se encuentra este acueducto construido, probablemente, en 1847, con sillería de piedra caliza. Presenta 5 arcos escarzanos y pilas intermedias, con tajamares redondeados, pretiles y aletas.
2010 |
Los frentes, entre la imposta y la parte de arcos y tajamares, constituyen un gran muro de sillería bien labrada, aunque el abandono permite crecer la vegetación entre sus juntas, como podemos comprobar en la comparación de las imágenes de distinta cronología.
Agosto de 2021 |
La cimentación se ha realizado con hormigón ciclópeo (hormigón al que, una vez vertido, se le añaden piedras de gran tamaño). El cauce se encuentra protegido en esta zona por gaviones (mallas rellenas de piedra).
El acueducto permite el paso bajo el Canal del río Sequillo. Últimamente se advierte un cierto descuido en la conservación del acueducto y de su entorno.
La séptima esclusa del ramal de Campos
Esta esclusa no estaba prevista en el proyecto de 1835. Antes de llegar a la esclusa, la última construida en el ramal de Campos y en todo el Canal de Castilla, el canal cambia el rumbo en un giro de 90o y forma un ensanchamiento que servía como fondeadero.
Las aguas retenidas vierten en el aliviadero de la margen derecha que las conduce fuera de la esclusa para facilitar la navegación.
La esclusa luce las compuertas reinstaladas en el año 2005 y su vaso, en ocasiones, aparece ocupado por la embarcación Antonio de Ulloa.
2010 |
Como en todas las esclusas del ramal de Campos, el puente presentan dos arcos del tipo escarzano y el basamento de la pila que los separa se prolonga aguas abajo del puente para guiar la unión de los caudales de la esclusa y la derivación.
La casa del esclusero
El Inventario de 1851 la describe como una casa de 39 pies de longitud y 21 de latitud. Se construye sobre cimientos de mampostería, con ángulos y pilares de sillarejo y, el resto de sus muros, con adobes estucados de yeso. Su interior se dividía en portal, cocina y una sala con dos alcobas.
La
fábrica de harinas
La fábrica de la séptima esclusa fue construida, como la de la sexta, a costa de la Compañía del Canal. Su coste fue algo inferior, 497.231 reales de vellón. Según Javier Moreno Lázaro, la fábrica también se adjudicó a N. y M. Polanco, por una renta anual de 50.000 reales hasta enero de 1960. Seguiría como arrendataria de ambas fábricas, en el siguiente quinquenio, la sociedad Quintana y Gutiérrez por una renta anual de 60.000 rsv.
También en el caso de este artefacto los datos ofrecidos por Moreno Lázaro difieren de los que presenta Virginia Asensio Martínez, quien indica que el arrendamiento tenía una validez por diez años y por una renta anual de 1000 reales por cada artefacto, pagados trimestralmente en monedas de oro o plata. Por su parte, en el documento titulado Artefactos del Canal de Castilla, ramal de Campos se pueden comprobar datos que coinciden, y al tiempo discrepan, con los señalados por los autores citados: la duración del contrato se establecía por diez años y con una renta anual de 50.000 reales de vellón.
En 1865 se asiste a la quiebra de numerosas empresas harineras arrastradas por la tormenta financiera vinculada a la infortunada historia del ferrocarril de Alar y la quiebra de la Banca de Valladolid. Algunas de las afectadas fueron, precisamente, las sociedades N. y M. Polanco, y Quintana y Gutiérrez.
La dotación de esta fábrica en 1854 consistía en una turbina, 8 pares de piedras, 5 cedazos, 4 frapores con dos cribas y 2 batidores. En 1870 había 11 cedazos, 2 frapores y 2 batidores.
Habrá que esperar a 1869 para ver a un nuevo arrendatario en la fábrica, Gabriel Camaleño (XII-1859 a XII-1874), que abonaba una renta de 29.000 rsv. El siguiente arrendamiento estará a cargo de Saturnino de la Mora (XII-1875 a VI-1886), por una renta de 32.000 rsv.
Sigue un nuevo periodo de inactividad (aunque Moreno Lázaro señala a L. García en 1894) hasta el arrendamiento de Vicente Ribas (IX-1894 – VI-1898) periodo en el que la fábrica se destina a maquila, por una renta de 2.200 pts. Los nuevos arrendamientos estuvieron a cargo de Donatilo Valiente (IX-1898 a VII-1903, 3.000 pts.) y Víctor Pastor Alonso (IX-1903 a IX-1906, 1.800 pts.).
El 15 de enero de 1907, Emilio
Vicente firma un contrato con la Compañía del Canal, para el periodo que va
desde abril de 1907 a noviembre de 1919, por el que se compromete a dotar a la
fábrica de la maquinaria y accesorios necesarios para la producción de energía
eléctrica con destino al alumbrado y usos industriales en los puntos que le
convengan. Al sustituir la antigua turbina por otra más moderna la renta de
3.000 pts. se minoró en 500 pts. anuales.
Se desmontó la maquinaria
destinada a la elaboración de harinas, parte de la misma se empleó en la
habilitación del molino maquilero instalado en 1908 en la esclusa 2.a y el
resto fue conducido a los almacenes de Valladolid para su venta al detal.
Tras la reversión del Canal al
Estado, se firmó el 1 de julio de 1920 un contrato con Electra Popular
Vallisoletana para la explotación de la fábrica.
El edificio, cuyos muros se conservan, parece responder a su estructura original. Consta de dos bloques: el cuerpo de fábrica y el almacén. El cuerpo de fábrica tiene, por encima del depósito, del motor cinco plantas y el desván. Por su parte, el desván está formado por dos alturas y el desván. Ambos bloques van unidos entre sí, con el arranque de los muros sobre sillares de piedra y el resto con ladrillo visto y enfoscado de mortero.
Según Carrera de la Red, en la planta baja del cuerpo de fábrica se localizaban las transmisiones y los molinos; en la primera planta, las trasmisiones y la limpia, y en la tercera planta, el cernido. Llama la atención que Carrera de la Red reproduzca en su libro el alzado del cuerpo de fábrica con cinco alturas mas el desván y, sin embargo, en el texto se refiere a este bloque de «tres alturas» y con sus tres dibujos respectivos. En el dibujo de la planta baja también hay un error en la dirección de la entrada del agua del canal en la fábrica y de su salida.
Como ya se indicós en el comentario de la fábrica de la sexta esclusa, Juan Benito Arranz afirma en su obra sobre la industria harinera que en el año de 1956 la fábrica seguía orientada al «alumbrado y fuerza». Al menos sobre el papel, aunque es posible que estuviera fuera de uso desde 1940.
En el camino hacia el puente del Moral se halla el acueducto Tejero, que es de tapa e igual que el de Carrular, de pequeñas dimensiones y cubierto de cobijas de piedra.
Puente del Moral, Villanueva de San Mancio
El puente presenta un arco escarzano que se apoya en estribos verticales. En la base del arco conserva los andenes. Las aletas se unen a los estribos por debajo de la imposta y se abren hacia los diques del canal. Los pretiles tienen la misma longitud que el puente. Todo el conjunto está construido con sillares de piedra caliza.
Vista desde el puente |
Entre los puentes del Moral y de Villalón se suceden los acueductos de la senda de la Cordera, Prado de Arroyos y Fuente León, todos ellos de tapa e iguales al de Carrular.
Puente de Villalón, Medina de Rioseco
Tiene caracteísticas semejantes a las del puente del Moral. Peesenta un arco escarzano que se apoya en estribos verticales. Conserva los andenes y las aletas se unen a los estribos por debajo de la imposta y se abren hacia los diques del canal. Los pretiles tienen la misma longitud que el puente. Todo el conjunto está construido con sillares de piedra caliza.
2004 |
2022 |
Ante de llegar a la dársena se encuentra el acueducto-alcantarilla de Fuente del Barro, también de tapa y semejante al acueducto del Carrular.
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