Como bien se sabe, las obras del ramal de Campos quedaron interrumpidas en 1757 y, tras las obras de habilitación de lo construido anteriormente, permanecieron paralizadas desde 1792 hasta 1835.
1 La reanudación de las obras en 1835
Antes de que se concluyera el ramal Sur, ya se estaba preparando el proyecto de la continuidad de las obras en el ramal de Campos. «El 16 de septiembre de 1833 dimos principio ambos primos a las nivelaciones del Canal de Campos, y en ellas nos ocupamos hasta el 2 de octubre [...] desde el 17 al 20 de octubre nos ocupamos en demarcar sobre el terreno algunos puntos de Canal dando principio desde Sahagún» [1]. Ambos primos eran los ingenieros Francisco Echanove y Echanove y Francisco Echanove y Guinea, quienes en su día fueron propuestos por José Agustín Larramendi a la empresa del canal.
En «Apuntes para el proyecto del Canal de Campos» se recogen las dimensiones para el canal y esclusas por Real Orden de 5 de febrero de 1834. En el mismo documento se fijan las características que han de tener los vasos del canal, diques, puentes-canales, acueductos, puentes de paso, derrames aliviaderos y desagües, barcas y esclusas. Lamentablemente, el documento queda inconcluso [2].
Mientras se concluían las obras del ramal Sur, se reanudaron las obras del de Campos bajo la dirección de los ingenieros ya citados, Francisco Echanove y Echanove y Francisco Echanove y Guinea. Ellos firman el «Plano topográfico que manifiesta el proyecto de la prolongación del Canal de Campos desde Sahagún a Río-Seco», fechado en Palencia el 8 de febrero de [3].
Antes del otoño de 1835 se personaron en Paredes de Nava los ingenieros Javier van Baumberghen y José Ribelles para emprender el reconocimiento de la continuación proyectada del canal de Campos desde el punto de Sahagún el Viejo hasta Medina de Rioseco. Allí los recibieron los Echanove proporcionándoles planos, relación de obras y de todos aquellos datos y explicaciones requeridos. La valoración positiva percibida de lo que vieron los ingenieros comisionados se puede resumir con sus propias palabras: «… si en la realización de su plan y en la construcción de todas las obras indispensables no se omite ninguna de las circunstancias que tienen detalladas, y se ejecutan con el esmero que hemos advertido en la parte de canal hecha ya, el resultado será satisfactorio» [4]. Aún no se había emprendido ninguna obra de fábrica, salvo la excavación de los cimientos del acueducto sobre el arroyo Dujo.
En el recorrido efectuado por toda la línea proyectada del canal, los ingenieros comisionados fueron acompañados por los dos o por uno de los Echanove. En el informe elaborado al finalizar el reconocimiento se recoge el trazado y las obras previstas en que cada uno de los tramos proyectados. En el primer tramo proyectado y ejecutado por los Echanove, entre Sahagún y Fuentes de Nava, coincidente con el proyectado por Fernando de Ulloa, llama la atención la elección de la dirección más larga en vez de haber optado por la línea recta. Tras haber recorrido ambas direcciones los ingenieros consideraron que el trazado propuesto, aunque más largo, resultaba menos costoso, más breve en su ejecución, ocupaba menos terreno, evitaba las filtraciones y se acercaba a Paredes donde se podría construir un embarcadero. En el tramo de Fuentes a Abarca el trazado va casi en línea recta.
De la valoración del resto de los tramos proyectados no se hace mención aquí dado que fueron modificados a partir de 1842 por los nuevos directores del canal, como ya se tendrá ocasión de comprobar.
2 La nueva paralización de las obras y sus causas
A mediados de 1836, cuando las obras de excavación habían llegado hasta Fuentes de Nava, hubo que interrumpir los trabajos debido a las frecuentes incursiones de los ejércitos carlistas por la región. Ya en Julio de 1835, el comandante principal del Presidio trasladó a Don Francisco A. de Echanove, como facultativo del Real Canal de Campos, una orden que dio el gobernador civil de Palencia porque «amenazando el rebelde Merino una excursión a toda esta provincia, (se hallaba el famoso Cura guerrillero en las inmediaciones de Baltanás) era preciso tomar disposiciones conducentes para repeler cualquier ataque y evitar sublevaciones o movimientos de los confinados» [5].
La manera en la que la guerra incidió negativamente en las obras del canal queda de manifiesto en el siguiente testimonio: «Separado de su verdadero objeto y destino el presidio del canal desde que por disposición de las autoridades se emprendieron los trabajos de fortificación de esta ciudad [Valladolid] y de la de Palencia, y dispersadas últimamente todas las brigadas a largas distancias por consecuencia uno y otro de los acontecimientos de la guerra, se vio privada la empresa de los medios auxiliares con que debía contar para la construcción de los canales […]. Valladolid 23 de diciembre de 1837, el director local, José Cruz Muller» [6].
A las circunstancias señaladas habría que añadir la nueva situación política creada con la llegada al poder de los liberales progresistas, que abrieron pronto las hostilidades contra la empresa del canal. Esto dio lugar a un intenso debate en la Cortes que se prolongó hasta 1842, con la firma definitiva del nuevo contrato y las escrituras de 1841 y 1842 [7].
Los principales cambios introducidos en el nuevo contrato, con respecto a la Real Cédula de 1931, consistieron en la renuncia a construir el tramo entre Bolmir y Alar del Rey, así como la devolución de la laguna de la Nava a los pueblos que la poseían antes de 1831. Por otra parte, la necesidad de tener que redactar una nueva escritura en 1842 vino determinada por la fuerte presión ejercida por quien en ese momento era el director general de Caminos, Canales y puertos, Pedro Miranda, para introducir modificaciones en la escritura de 1841. Las modificaciones se centraron en el reforzamiento del papel que habían de jugar el ingeniero inspector del Gobierno y la Dirección General de Caminos, Canales y Puertos en la supervisión de las obras, así como en el incremento de la responsabilidad de la empresa en las obras propuestas [8].
3 La reanudación definitiva de las obras y su conclusión (1842-1849)
A mediados de 1842 se reanudaron las obras del canal de Campos bajo la dirección conjunta de los ingenieros Calixto Santa Cruz, Andrés Mendizábal y José Rafo que fueron asimismo los autores del proyecto. Este proyecto debía tener como referencia, según el artículo primero de la contrata de 1841, los planos levantados por los Ingenieros de la Empresa D. Francisco Echanove y Guinea, y D. Francisco Echanove y Echanove, y aprobados por el Gobierno.
Los nuevos ingenieros dividieron el recorrido entre Sahagún el Viejo y Medina de Rioseco en seis trozos o tramos: Sahagún-Fuentes; Fuentes-Abarca; Abarca-Capillas; Capillas-Castil de Vela; Castil de Vela-Villanueva de San Mancio; y Villanueva de San Mancio-Medina de Rioseco.
3.1 Primer tramo: Sahagún el Real – Fuentes de Nava
El plano del primer tramo, Sahagún-Fuentes, tiene fecha de 2 de agosto de 1842 y está firmado, en Fuentes, por Calixto de Santa Cruz y José Rafo y aprobado el 1 de septiembre del mismo año por Pedro Miranda, director general de Caminos, Canales y Puertos [9]. Con las mismas fechas y los mismos firmantes existen varios planos con los proyectos de los acueductos de los arroyos Dujo, Carrular, Melgar, Mayor, Pescador, etc. y los puentes de Sahagún y Paredes, lo que significa que las obras de cantería de este primer tramo estaban sin ejecutar. En todos estos planos parciales figura la firma de aprobación del director general de Caminos [10].
3.2 Segundo tramo: Fuentes de Nava - Abarca
Es de suponer, que al tiempo que se construían los acueductos y puentes previstos del primer trozo, se iniciaban las obras de excavación del segundo tramo. El plano que representa este «trozo del Canal de Campos comprendido entre Fuentes de D. Bermudo y Abarca», está ya firmado por los tres ingenieros citados, en Paredes de Nava, con fecha de 5 de enero de 1843 y aprobado en julio de ese mismo año [11]. En este tramo, las obras de fábrica o de cantería previstas son el acueducto de Carracea, el puente de Fuentes y el acueducto del Valdeginate. En junio de ese mismo año, los ingenieros presentaron un proyecto de modificación del plano de 1835, entre Abarca y Villanueva de San Mancio, variando el trazado y las esclusas [12]. En el plano antiguo, las seis esclusas previstas estaban concentradas entre Castil de Vela y Villanueva de san Mancio. En el nuevo, las seis esclusas se espaciaban entre Abarca y Villanueva de San Mancio, localizadas en los lugares en que hoy aparecen.
3.3 Tercer tramo: Abarca - Capillas
En julio de 1844, la construcción del canal había llegado al pueblo de Abarca y se estaba acabando el acueducto de Valdeginate. En el tercer trozo proyectado, entre Abarca y Capillas, se estaban abriendo, más o menos adelantados, varios trozos de bajo terraplén ejecutados por las diferentes brigadas de confinados que, establecidos en Abarca y Capillas, y en número de unos dos mil se dedican a estos trabajos. En cuanto a las obras de fábrica, por aquellas fechas se estaban haciendo dos esclusas, una en Abarca y otra en Capillas en la que todavía se estaba excavando su forma, y se llevaba adelantado el puente de Castromocho y se ejecutaban los cimientos del puente de Capillas [13].
Las noticias sobre el posterior desarrollo de estas obras aparecen en los tomos VI y VIII (1847) del Diccionario de Madoz. En el artículo correspondiente al canal de Castilla se informa que ya están concluidos los puentes aislados de Castromocho y Capillas y los de la primera y segunda esclusas. Por otra parte, en el artículo referido al partido judicial de Frechilla se puede leer que «en la actualidad está corriente su navegación hasta la Fábrica de Capillas distante 1/4 de hora de esta villa, hermosísimo edificio, así como todos los demás de su clase establecidos en el canal. En dicho ramal hay un hermoso molino harinero al frente de Abarca, un acueducto que recibe las aguas del Valdeguinate, y otro a un tiro de bala de Fuentes a la parte de Frechilla, por donde pasa el camino que dirige a Palencia» [14].
Como se puede comprobar, el plazo de 30 meses fijado en el contrato de 1841 para concluir las obras se ha sobrepasado con creces. José María Ramón de San Pedro, en el «esbozo de biografía» del marqués de Remisa [15], ofrece información que puede explicar, en parte, las causas de la tardanza en la conclusión de las obras. Señala el autor citado que cuando la empresa del Canal de Castilla se convirtió en sociedad anónima se esperaba la entrada de nuevos capitales que, sin embargo, no abundaron, «viéndose obligado Remisa a efectuar y negociar nuevos anticipos», aprovechando la circunstancia de su presidencia del «Banco de Isabel II». La crisis financiera que sobrevino en 1847 provocó la desaparición de este banco, fusionado con el de San Fernando, y el quebranto de la fortuna y la salud de Remisa, quien moriría a finales de ese mismo año.
Ramón de San Pedro también informa que en el mes de mayo de 1843 Remisa había viajado a Barcelona con el objeto de promover la constitución de una compañía concesionaria del canal de Urgel, cosa que se hizo en 1844. «Remisa aportó su acreditada experiencia en empresas de esta clase, trasladando a los Campos de Urgel técnicos y capataces procedentes de las obras del canal de Castilla, que dieron notable impulso a los trabajos». Personalmente no creo que esto influyera mucho en el retraso de las obras de este canal, pues a su frente seguían estando los ingenieros principales, José Rafo y Andrés Mendizábal. Por el contrario, pienso que sí debió tener su importancia la probable aplicación de lo previsto en los artículos 28 y 29 del Contrato de 1841: «… los treinta meses se entenderán por un millón ochocientas mil peonadas de presidiarios dedicados a las obras, de modo que si el Gobierno diese menor número de plazas se entenderá prorrogado el plazo en la proporción del número que falte, calculado por el tiempo convenido (…) Si el gobierno por espacio de dos meses completos dejase de facilitar así el número de presidiarios necesarios como, el importe de sus haberes, la Empresa no podrá ser obligada a la continuación de las obras sino en proporción de los medios que se la entreguen».
3.4 Cuarto tramo: Capillas – Castil de Vela
El tramo cuarto de la prolongación del ramal de Campos se extiende desde Capillas a Castil de Vela. El plano en el que se representa el proyecto fue aprobado en marzo de 1845 y en él se incluyen, además de las esclusas tercera y cuarta, los pequeños acueductos de Villa, Parporquero, del Valle y de Castil [16]. En el ya citado tomo VI del Diccionario de Madoz (pág. 174) se indica que ya están construidos los puentes de las esclusas tercera y cuarta en Castíl de Vela.
3.5 Quinto tramo: Castil de Vela – Villanueva de San Mancio
Por su parte, el tramo quinto comprende el trazado que va desde Castill de Vela a Villanueva de San Mancio. El plano del proyecto se aprobó el 5 de febrero de 1846 en el que se representan las esclusas quinta y sexta y los acueductos de Nájera y del río Sequillo [17]. En el ya referido tomo VI del Diccionario de Madoz se informa que en 1847 se estaba construyendo el puente de la esclusa quinta y se debía comenzar el de la sexta.
3.6 Sexto y último tramo: Villanueva de San Mancio – Medina de Rioseco
Como era habitual, ya antes de iniciar la construcción del último tramo del ramal de Campos, entre Villanueva de San Mancio y Medina de Rioseco, se pusieron en marcha los preparativos necesarios para llevarla a efecto. El 10 de noviembre de 1846, José Rafo y Andrés de Mendizábal remitieron al director general de Caminos, Canales y Puertos, Manuel Varela y Limia, el plano [18] y memoria [19] del sexto tramo entre la orilla derecha del río Sequillo y Medina de Rioseco, con una longitud de 29.504 pies. El proyecto fue aprobado en 21 de enero de 1847. Se introducían dos variaciones con respecto al proyecto de 1835: la construcción de la esclusa séptima, a pesar de la proximidad de la sexta, y la ubicación de la dársena. Las obras de fábrica previstas en este recorrido eran la esclusa séptima, los puentes de Villanueva de San Mancio y Villalón, cinco pequeños acueductos y la dársena.
Pascual Madoz debía conocer este nuevo proyecto pues en el ya mencionado tomo VI del Diccionario se anuncia la construcción del puente la esclusa 7.a, no prevista en el proyecto inicial, y los aislados de Villanueva de San Mancio y Villalon.
Un último obstáculo para la terminación de las obras se presentó con la localización del casi recién inaugurado cementerio, próxima al lugar donde se había previsto ubicar la dársena. La diligencia e interés de José Rafo logró de la Compañía la promesa y después construcción de un nuevo cementerio a costa de sus fondos [20]. El nuevo cementerio fue entregado al Ayuntamiento el 2 de abril de 1849.
Por fin, el 7 de noviembre del mismo año de 1849 llegaron las aguas hasta Medina de Rioseco, «en medio de un concurso extraordinario y sin que haya ocurrido accidente alguno desagradable al romperse el malecón». El acontecimiento se celebró al día siguiente con el canto de un solemne Te Deum en la iglesia de Santa María de dicha ciudad en acción de gracias «por haberse echado las aguas del trozo de navegación que termina en esta ciudad de Rioseco» como se recoge en una lápida conmemorativa colocada en la misma iglesia.
4 La constitución definitiva de la Compañía anónima del Canal de Castilla
El día 12 de diciembre, tras haber realizado un reconocimiento de inspección de las obras durante los días 8, 9 y 10 de dicho mes, el ingeniero jefe del distrito de Valladolid, Ramón del Pino, entregó a la Empresa un certificado en el que se hacía constar que las obras estaban concluidas conforme a los planos y pliego de condiciones establecidos [21]. En estas circunstancias los directores de la empresa del canal de Castilla estaban en condiciones de solicitar al Gobierno la constitución definitiva de la compañía anónima del canal de Castilla. Esta decisión se tomó según consta en la Real Orden de 15 de febrero de 1850 [22]. Tal como se establecía en la citada orden, el día 4 de marzo de dicho año la dirección de la sociedad convocó a los socios con derecho a voto a la primera junta general que se habría de celebrar el día 7 del mes corriente [23]. En dicha junta, según la orden citada, se debía proceder «al nombramiento de las personas que hayan de tener a su cargo la administración de la compañía con arreglo a sus estatutos». De esa junta formaron parte, entre otros, personas vinculadas por lazos familiares con el fallecido marqués de Remisa: Jesús Muñoz y Sánchez, casado con su hija mayor, Segismundo Moret Quintana, casado con su segunda hija, Aureliano de Beruete y Larrinaga, casado con una hermana de Segismundo Moret, y José Casals y Remisa, primo, socio y albacea testamentario del marqués.
El 30 de noviembre de 1850 se reúne la Junta de Gobierno y acuerda nombrar comisionados para la toma de posesión del canal de Castilla. Con ese objeto el 3 de febrero de 1851 comparece Casals y Remisa, como socio-director de la extinguida Empresa del Canal de Castilla, ante escribano y testigos para otorgar su poder especial a D. José Rafo para que en su nombre y en representación de la extinguida empresa haga formal entrega del canal de Castilla a los comisionados de la sociedad anónima que lleva el propio nombre y debe suceder a la Empresa en todos sus derechos y obligaciones. Formado por José Rafo el «Inventario General que la Empresa antigua del Canal de Castilla presenta a la Compañía anónima del mismo para la toma de posesión de dicho canal…», el día 28 de febrero se reúnen los comisionados Casals y Remisa, Dámaso de Cerrajería y Aureliano Beruete para tomar posesión del Canal de Castilla en nombre de la Sociedad Anónima titulada Compañía del Canal de Castilla, una vez examinado y confrontado el inventario general de los tres ramales denominados del Norte, Campos y Sur, que unidos llevan el nombre de Canal de Castilla la Vieja [24].
5 Balance
Al hacer un balance de las obras realizadas en el ramal de Campos, entre Sahagún el Real y Medina de Rioseco, parece oportuno comparar la valoración que de estas obras hicieron los distintos ingenieros que las supervisaron en comparación con la opinión negativa generalizada sobre la calidad de las obras ejecutadas en el ramal Sur, entre las esclusas de Soto Albúrez y la dársena de Valladolid. Como botón de muestra se puede señalar lo que indican, al respecto, el capitán e ingeniero, Fermín Pujol, y el ingeniero- Inspector D. Pedro Cortijo, en sus respectivas memorias o informes.
Fermín Pujol, en su memoria redactada tras el viaje realizado al canal de Castilla en julio de 1844, señala que las obras de fábrica realizadas entre Soto Albúrez y Valladolid «están hechas por contrato y así se han ejecutado con toda economía y bastante poco cuidado». Por contra, las obras modernas del ramal de Campos «son notables por el buen aparejo de la sillería y la inteligencia y precisión con que están ejecutadas, siendo notables además de los diferentes puentes los varios acueductos que existen y entre ellos el del arroyo Melgar digno de todo elogio» [25]. Al tiempo que hacía esta valoración positiva sobre las obras realizadas, expresaba su reconocimiento al buen hacer de los ingenieros José Rafo y Andrés Mendizábal, directores de las mismas, con quienes compartió conocimientos y experiencias.
El ingeniero-Inspector D. Pedro Cortijo, al dar cuenta del resultado del reconocimiento practicado en el canal de Castilla en los meses de mayo, junio y julio de 1848, compara las obras de los distintos ramales de esta manera: «las obras del ramal Norte tienen toda la solidez necesaria y bastante perfección para la época en que se construyeron; las del ramal del Sur son en general defectuosas en los aparejos y en la construcción de sus obras de fábrica; y las de Campos reúnen toda la solidez, hermosura y perfección que pueden conseguirse, mediante la aplicación de los conocimientos modernos, de que han dado pruebas relevantes los Ingenieros que las dirigen» [26].
En relación con estos ingenieros, conviene recordar que Calixto Santa Cruz fue el número uno de la primera promoción (1839) de la Escuela de Caminos, Canales y Puertos, tras su reapertura definitiva en 1834. Santa Cruz será su director entre 1856 y 1865. De esta primera promoción formó parte también José Rafo. A la segunda (1840) perteneció Andrés Mendizábal.
[1] Canal de Castilla: Reglamento para las direcciones económicas y facultativas del Real Canal de Castilla y sus dependencias [y otros documentos] - Manuscrito -, folio 62. ¿1834? Biblioteca Digital Hispánica.
[2] Canal de Castilla: Reglamento para las direcciones económicas y facultativas del Real Canal de Castilla y sus dependencias [y otros documentos] - Manuscrito -, folio 67. ¿1834? Biblioteca Digital Hispánica.
[3] Plano topográfico que manifiesta el proyecto de la prolongación del Canal de Campos desde Sahagún a Río-Seco. [Archivo General del MITMA, OH-536].
[4] Francisco Javier van-Baumberghen – José Ribelles: Expediente de reconocimiento de las obras del Canal de Castilla. [ACHD//CCHC0084/33].
[5] sanz y díaz, José (1957): Don Francisco Antonio de Echánove y Echánove: (1797-1895). Editorial: Institución Fernán González.
[6] Gaceta de Madrid: núm. 1132, de 04/01/1838, página 3.
[7] Canal de Castilla (1842): Fundación de una sociedad anónima por acciones. Biblioteca Digital Hispánica.
[8] areitio, Toribio de (1860): Noticias sobre la vida y servicios públicos de Don Pedro Miranda, director general que fue de Caminos, Canales y Puertos, recogidas y ordenadas después de su fallecimiento. Madrid. Imprenta de D. José C. de la Peña, Atocha 149
[9] Plano del trozo del Canal de Campos comprendido entre Sahagún el Viejo y Fuentes de D. Bermudo. [Archivo General del MITMA, OH-538].
[10] Modelos de acueductos y puentes. [Archivo General del MITMA, OH-539, OH-540, OH-541 y OH-542].
[11] Plano del trozo del Canal de Campos. Comprendido entre Fuentes de D. Bermudo y Abarca. [Archivo General del MITMA, OH-543].
[12] Plano que representa la línea del proyecto antiguo, en la parte comprendida entre Abarca y Villanueva de S. Mancio, y la que se propone variando las esclusas. [Archivo General del MITMA, OH-546].
[13] Pujol, Fermín (1844): Memoria sobre el viaje que Dn. Fermín Pujol, Capitán graduado, Teniente de Ingenieros y ayudante profesor de la Academia del Cuerpo, practicó al Canal de Castilla... Guadalajara. Biblioteca Virtual de Defensa.
[14] madoz, Pascual (1847): Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Tomos VI (pág. 174) y VIII (pág. 171). Madrid. Est.. Literario-Tipográfico de P. Madoz y L. Sagasti.
[15] San Pedro, José María Ramón de (1953): Marqués de Remisa. Un banquero de la época romántica. Barcelona. Publicaciones del Banco Atlántico.
[16] Plano del trozo del Canal de Campos comprendido entre Capillas y Castil de Vela. [Archivo General del MITMA, OH-550].
[17] Plano del trozo del Canal de Campos. Comprendido entre Castil de Vela y Villanueva de S. Mancio. [Archivo General del MITMA, OH-554].
[19] Plano del trozo de Canal de Campos. Comprendido entre Villanueva de S. Mancio y Medina de Rioseco. [Archivo General del MITMA, OH-556].
[20] Andrés Mendizábal – José Rafo: Memoria que acompaña a los planos del Canal de Campos. [ACHD//CCHC0064/06].
[22] Benito Arranz, Juan (2001): El Canal de Castilla (memoria descriptiva). Valladolid. Editorial Maxtor Librería.
[23] Pino, Ramón del (1849): «Copia del certificado aprobando el tramo final del ramal de Campos». [CHD//Caja 0062/05]. Reproducido en asensio martínez, Virginia (2013): Un puerto de mar tierra adentro. El Canal de Castilla en Medina de Rioseco. Valladolid. Editorial Sodeva.
[24] Colección legislativa de España. Primer cuatrimestre de 1850. Tomo XLIX.
[25] Gaceta de Madrid: núm. 5694- 3 de marzo de 1850.
[26] Inventario general valorado que la empresa antigua del Canal de Castilla presenta a la compañía anónima para toma de posesión. [ACHD//CCHL0003/03].
[27] pujol, F. (1844): Memoria sobre el viaje al Canal de Castilla, pág. 34.
[28] Gaceta de Madrid: núm. 5242- 19 enero 1849.
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