En la construcción del canal se distinguen dos tipos de obra: las obras de tierra y las de fábrica o de cantería. Aunque resultan más llamativas las primeras no olvidemos la relevancia que tienen las de tierra para la conformación del canal.
El mariscal de Campo Antonio de Flobert
indica en el «papel n.o 3» de su cuaderno de advertencias y
prevenciones que «las tierras del canal comprenden excavaciones, fondo,
costados, diques, terraplenes, con sus declivios» [1].
Las primeras directrices sobre
este tipo de obras se encuentran en la instrucción redactada por Antonio de
Ulloa [2] y aprobada el 25 de agosto de 1753. En los capítulos segundo y
tercero de la misma se fijan las dimensiones y la forma de la caja del canal y
los diques que la bordean. La anchura del canal debía ser de 30 pies, la
profundidad de 6 pies como mínimo y el fondo de 20 pies, lo que originaba unos
escarpes o declivios de 5 pies a cada lado. En el caso de encontrase con alguna
zona rocosa se reduciría la anchura a flor de agua a los 21 pies.
Con las tierras sacadas de la
excavación se formarían dos diques a los lados de canal cuya altura y anchura
dependería de la cantidad de tierra extraída. Entre la base de los diques y el
borde del canal se dejaría un espacio de cinco o seis pies para los caminos de
sirga. En los costados exteriores de los diques se realizarían plantíos de
árboles, cuyas raíces contribuirían a asegurar la construcción.
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Zona de Antanillas. Villaumbrales |
Las posteriores instrucciones que
se aprobaron para el canal del Norte modificaron algunas de las dimensiones
fijadas por Antonio de Ulloa para el canal de Campos. Así, las instrucciones
firmadas por el conde de Valdeparaíso de marzo de 1755 mantienen las dimensiones
de la profundidad y el fondo de la caja, pero aumentan la anchura de la
superficie del agua a los 36 pies y los escarpes a 8 pies. También se
incrementa la anchura de los caminos de sirga hasta los 8 pies. En los terrenos
elevados se hará necesario aumentar la profundidad de la excavación que, cuando
exceda de los 20 pies, la anchura a flor de agua será de 30 pies y la del fondo
de 16 de pies [3].
La nueva instrucción del conde de
Valdeparaíso, de 7 de julio de 1758, modifica ligeramente las dimensiones
previstas para la caja del canal. En el artículo noveno de la misma se
mantienen los 20 pies para el ancho del fondo del canal, pero se fijan 38 pies
a flor del agua y, en partes, 40, con lo que el escarpe de cada lado tendrá 9 o
10 pies [4].
Tras el reconocimiento realizado
por Antonio de Flobert, en julio de 1761, a la parte ya ejecutada del canal del
Norte elabora un informe en el que precisa, en lo que se refiere a la excavación,
lo siguiente: «En esta primera parte, respecto a las tierras, toda la
excavación del canal está hecha, faltando solo que arreglar la colocación de
las tierras del terraplén en la forma que se ha prevenido en el papel número 3.o».
En este documento, ya citado, se desarrolla lo previsto en la Instrucción de
1758, diferenciando las dimensiones de la caja en terrenos llanos, montañosos o
en valles.
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Desde el puente de Herrera hacia la cuarta eclusa |
En «terreno bueno y poco desigual» las dimensiones de la caja del canal son las ya fijadas en la Instrucción de 1758, aunque incluye los dos pies de la altura de las banquetas, de forma que la anchura entre los bordes de las banquetas será de 44 pies y los declivios tendrán 12 pies, resultando una excavación total de 256 pies cuadrados. Las banquetas tendrán 14 pies de cada lado del canal, cuya superficie «servirá para piso de los caballos y de la gente al servicio de los barcos». Bordeando las banquetas se levantarán sendos terraplenes de 3-4 pies de altura y con el ancho inferior de 47 pies, incluyendo los declivios, y el superior de 40 pies. El conjunto del canal tendrá pues una anchura de 166 pies.
Por su parte, en los terrenos montañosos, Antonio de Flobert propone alejar el centro del canal unos 300 o 400 pies de la ladera de la montaña, dar más altura al terraplén de ese lado, aunque reduciendo su grosor proporcionalmente, y elevando un sobre dique frente a la avenida de las aguas de lluvia.
Dentro de un valle, para que sea
factible la construcción del canal, será imprescindible que los costados del
valle estén lo suficientemente apartados como para permitir la anchura de 166 pies
correspondiente al canal (caja, banquetas y terraplenes) como al espacio para
los contrafosos indispensables en este caso.
Las instrucciones que se dictaron
con posterioridad no entran tanto en el detalle como el «cuaderno» de Antonio
de Flobert y dan un mayor margen de actuación a los ingenieros del canal. En la
Instrucción Real de septiembre de 1785, dirigida a impulsar las obras del canal
norte en ejecución y a la apertura, que finalmente no tendrá lugar, de «la
porción de canal desde Quintanilla de las Torres hasta la unión con el actual
en Alar», se precisa que el ancho del fondo del canal sea de 20 pies, salvo en
los parajes donde se sostenga el canal con diques que podrá ser de 40 pies o
más. En estos casos los escarpes tendrán de uno y medio a tres pies por uno de
altura, según la calidad y consistencia del terreno. Por el contrario, en los
terrenos altos y en las cuestas donde se hubieran de construir banquetas se
daría a los diques, a partir de ellas, solamente un pie de escarpe, o a lo sumo
uno y medio, por cada uno de altura [5].
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En la cuesta de Cenizales |
Es de suponer que estas instrucciones estuvieron vigentes hasta la conclusión de las obras en el ramal Norte y en el ramal Sur hasta el parón de las mismas. No obstante, cabe recordar que en el informe que Betancourt y Peñalver remitieron al secretario de Estado Pedro Cevallos en septiembre de 1801 se proponía rebajar las dimensiones del canal según los siguientes datos: fondo del canal, 16 pies; superficie del agua, 34, pies; escarpes, entre 32 y 35; y profundidad, 6 pies [6].
Por su parte, en la ejecución de
canal Sur desde las esclusas de Soto Albúrez hasta la ciudad de Valladolid las
dimensiones establecidas fueron las siguientes: fondo, 20 pies; superficie del
agua, 48 pies; escarpes, 28 pies; altura o profundidad del agua, 7 pies. Sobre
esta parte del canal se conservan planos que ofrecen varios perfiles de la
excavación realizada en distintos lugares significativos [7].
Por último, las dimensiones para
el canal de Campos aprobadas por Real Orden de 5 de febrero de 1834 fueron las
que se indican: Solera, 16 pies; flor de agua, 37; profundidad de las aguas, 7
pies [8].
El segundo perfil ilustra el supuesto en que el conjunto del canal sea artificial. En este caso, se abrirá un foso a cada lado del futuro canal que tendrán de ancho 53 pies en la parte superior y 45 en la parte inferior, con una atura de 4 pies. Cada foso proporcionará 196 pies cúbicos de tierra con la que se formará el dique correspondiente, que tendrá unas dimensiones de 33 pies en la base, 8 pies en el camino de sirga y 10 pies de altura sobre el terreno natural,
En varios de los perfiles recogidos en distintos planos se comprueba la gran diversidad de situaciones que se dieron en la construcción de la caja y los terraplenes y diques del canal. En primer lugar, hay que distinguir los casos en los que el conjunto del canal, caja y terraplenes, está sobre el terreno natural, y los casos en los que el canal, en parte o en su totalidad, está excavado en el terreno. También se dan situaciones intermedias en las que la caja del canal está en parte excavada en el terreno y parte formada en los terraplenes. En cada uno de estos tres supuestos las múltiples soluciones adoptadas se acomodaron a las características del terreno [9].
Para ilustrar la importancia de
los movimientos de tierra en el canal se ofrecen algunas cifras significativas.
En el ramal Norte se señalan 6.026.013 varas cúbicas de excavación y 4.401.679
varas cúbicas de diques y terraplenes. Entre las excavaciones se destacan las realizadas
en las cuestas de Cenizales y de Requena y las del páramo de Calahorra. En lo
que se refiere a la construcción de diques y terraplenes se indican los
levantados en la vega de Abánades, en la Ballarna y en la vega de Ucieza [10].
Referencias
[1] Flobert, A. (1761): «Papel N.o3,
de las tierras del Canal». [ACHD-CCHC0006-16].
[2] Ulloa, A. (1743):
«Instrucciones para los ingenieros del Canal».
[ACHD-CCHC0084-04].
[3] Conde de Valdeparaíso (1755): «Instrucción que el Rey manda se
observe por el ingeniero que se halle encargado de las proyecciones (…) del
canal de navegación que debe abrirse desde las cercanías de Reinosa hasta el
río Carrión…». [AGMM.
CGD. R.28. Sign. 3-3-12-4, ff. 164-229].
[4] Conde de Valdeparaíso (1758): «Instrucción de lo que el rey manda
se observe en la abertura del Canal del Norte…». [ACHD-CCHC0002-35].
[5] Flobert, obra citada.
[6] Cortes Generales (1820): «Memoria de la Comisión de Caminos y
Canales». Imprenta que fue de García, Madrid: [s.n.].
[7] Planos.
[Archivo General del MITMA. OH-355. OH.561].
[8] Canal de Castilla: Reglamento para las direcciones económicas y
facultativas del Real Canal de Castilla y sus dependencias [y otros documentos]
- Manuscrito -, folio 67. ¿1834? Biblioteca Digital Hispánica.
[9] Planos. [Archivo General del MITMA. OH-538. OH.548].
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