lunes, 5 de abril de 2021

Las esclusas

Las esclusas actuales, como toda construcción arquitectónica antigua, tienen su propio lenguaje y las huellas de los cambios experimentados. A continuación se presentan, mediante las imágenes de algunas esclusas o partes de las mismas, los rasgos originales que conservan y los elementos que las han modificado.



La caja de boquillas

En una de las dos aletas de la embocadura se abre la caja de boquillas o, como dice Sánchez Taramas, el «conducto con sus tajaderas por donde se dejan salir las aguas del Canal cuando no trabajan las Ynclusas; y llevándolas por una acequia, se vuelven a introducir (en el Canal), después de aprovechar su desnivel en el uso de molinos o batanes».


Este tipo de boquillas solo existen en el ramal Norte, y en algunas esclusas han sido modificadas. En los ramales Sur y de Campos, el Inventario de 1851 las denomina muros o entradas del cuérnago.

 


 

Las recatas

A continuación, en ambas aletas, en los denominados «morros», se tajan sendas acanaladuras verticales, llamadas  recatas, que en palabras de Juan Muller tienen como destino «introducir por ellas diferentes cuartones horizontalmente, los unos sobre los otros, los cuales formando una presa de cada lado, facilitan y dan lugar para recomponer el suelo y puertas de la esclusa, siempre que sea necesario».




Los telares o guardapuertas

Seguidamente de las recatas, los muros de la esclusa se retranquean para acoger las puertas cuando están abiertas. Este rebaje en el muro recibe distintas denominaciones: telar, caja, encasamento y guardapuertas. Como señala Sánchez Taramas, en la misma caja «se ha de hacer otra (…) para que reciban las taxaderas y  guías con que se cierran  los postiguillos». Esta segunda caja solo aparece en las esclusas del ramal Norte y en las primeras del ramal Sur, así como en la esclusa de la tercera retención.

 



 

Las puertas

Las puertas constituían el elemento fundamental para posibilitar la navegación por el canal. Solo se conservan, si no recuerdo mal, las metálicas de la retención de san Andrés, las superiores de la tercera retención y las de la esclusa 42. Se han repuesto las de las esclusas 6, 14 y 22-24 en el ramal Norte; y las de la sexta y séptima del ramal de Campos. Las puertas de doble hoja son de tipo mitra, provistas de unas portanas de desagüe con cierre de guillotina en la parte inferior.



 

Los tornos

Las puertas  se abría a brazo en los primeros tiempos del Canal; a principios del pasado siglo se cambiaron las de madera existentes por otras metálicas y un nuevo sistema de apertura por medio de un torno movido por un timón que accionaba un sistema de poleas y palancas. En muchas esclusas se conservan los apoyos de piedra o cabrestantes utilizados para fijar los tornos con los que se manejaban los portones de la esclusa. En la sexta del ramal Norte se ha reproducido un torno.



 

El busco

En relación con las puertas está el busco, umbral de la esclusa con forma de bloque triangular sobre el que asientan las puertas al cerrarse. Habitualmente está cubierto por las aguas.

Los vasos o balsas

Los vasos o balsas de las esclusas son, lógicamente, los elementos fundamentales de las mismas. La balsa tiene forma oval o elíptica en las construidas en el siglo XVIII. Según Sánchez Taramas este tipo de balsas tiene la ventajas de ofrecer una mayor resistencia a los empujes de la tierra envolvente y la de permitir el paso a la vez de dos embarcaciones, con lo que se gana tiempo en el proceso de subida o bajada por el Canal.



En las esclusas que se construyeron en el siglo XIX se sustituyó la forma oval de los vasos por  la rectangular que solo permite el paso de una sola barca cada vez. Esta desventaja se compensa con el ahorro de tiempo y de volumen de agua en la maniobra, así  como en el coste de la construcción de la esclusa.

 

 

La mayor parte de las esclusas tienen un solo vaso pero, como explica Sánchez Taramas, cuando la caída o desnivel es superior a los 14 pies se hace necesario dividir la caída en dos, tres o más balsas. En el Canal de Castilla encontramos estos agrupamientos en Frómista (4), Calahorra de Ribas, El Serrón y Soto Albúrez (3), Olmos de Pisuerga, Grijota y Viñalta (2).

 


Los puentes de las esclusas

Todas las esclusas disponen de un puente de comunicación, salvo la tercera y la quinta del ramal Norte que carecen del mismo. 

 

 

Solamente en el agrupamiento de Calahorra de Ribas el puente se sitúa aguas arriba de la esclusa 22.

 


 

En el resto de las esclusas, el puente se ubica aguas abajo de las mismas. Los  puentes de las esclusas del ramal Norte y las del ramal Sur hasta las de Soto Albúrez, inclusive, presentan un arco de medio punto. 


 

A partir de la esclusa 37, los arcos son escarzanos. En el caso de las esclusas del ramal de Campos, los puentes integran el arco de la esclusa y el correspondiente al canal de derivación. En los pretiles destaca el bloque central que servía de guía para los barqueros. No están presentes en los puentes de las esclusas del ramal de Campos.

 




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En 1959 se decide que el uso del riego sea la actividad principal, junto al abastecimiento de agua, suspendiéndose definitivamente la navegación en el Canal de Castilla. Es a partir de entonces, y como consecuencia de las exigencias que impone el regadío, cuando comienzan a sustituirse los elementos técnicos ligados a la navegación por aquellos otros que hacen posible el riego. 

Los aliviaderos

Aguas arriba de las esclusas se dispusieron unos aliviaderos bajos por los que se derrama el agua del Canal.  Al forzar a la baja el nivel del agua por la cota de esos aliviaderos, la corriente de agua se acelera y aumenta la velocidad y, por tanto, el caudal.




Las tomas o desvíos

El agua de los aliviaderos se canaliza mediante un gran tubo enterrado que aflora en un muro lateral de la esclusa donde se demolieron los sillares y se recubrieron los bordes del tubo con hormigón. A partir de la esclusa 8 del ramal Norte, la conducción enterrada del aliviadero conecta con la de la toma o desvío de la misma margen, regulado con compuerta vertical. 



 

En la esclusa 22 el proceso se complica dando lugar a un resultado espectacular, ya descrito en otra publicación.


 

Las alzas fijas de cemento con pasarela 

Se desmontaron las puertas de las esclusas y se sustituyeron las superiores por alzas fijas de cemento y pasarela de losa, también de hormigón, con protecciones metálicas.

 



Los desagües de los aliviaderos

En la mayor parte de las esclusas, como ya hemos señalado, una de las paredes del vaso se perfora con un gran hueco para recibir el desagüe del aliviadero. En mi opinión, el caso más sangrante es el de la esclusa 2 del ramal Norte. Menos mal que esta perforación ha desaparecido en las esclusas 6 y 14 del ramal Norte y en la 42 del ramal Sur.


 


 

Referencias bibliográficas

  • Juan  Muller: Tratado de fortificación. Adiciones de Miguel Sánchez Taramas.
  • Nicolás García Tapia: Ingeniería hidráulica del Canal de Castilla.
  • Eduardo González Fraile - José Ignacio Sánchez Rivera: La esclusa en el ramal Sur: unidad básica de la arquitectura del Canal. Actas del Congreso sobre conservación y recursos de Canal de Castilla.

 

 

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