Las esclusas actuales, como toda construcción arquitectónica antigua, tienen su propio lenguaje y las huellas de los cambios experimentados.
Evolución de las dimensiones de las esclusas
Las primeras esclusas se construyeron en el canal del Norte y, según Fernando de Ulloa [1], estaban proyectadas para contener una sola barca de las mayores o dos de las pequeñas, por lo que las compuertas tendrían una luz de 19 pies. Sin embargo, el mariscal de Campo, Antonio de Flobert, comisionado por el rey para reconocer las obras que se estaban ejecutando en la primavera de 1761, propuso ampliar la capacidad de las esclusas para dos barcas de las mayores y que las compuertas tuvieran, por tanto, 21 pies [2].
Esclusa 1.ª del ramal Norte |
Las dimensiones y la forma cóncava de las esclusas se mantuvieron hasta las reformadas en el Soto Albúrez en los primeros años del siglo XIX. Todas ellas tienen dimensiones parecidas, con ligeras variaciones La longitud entre los tranqueros se sitúa en torno a los 83 pies, la anchura en su centro es de unos 33 pies y la altura de 22-24 pies y de 12 sobre el busco.
Las esclusas 34,35 y 36 de Soto Albúrez constituyen un caso aparte. Como señala Juan de Homar, en 1806, «está ya construido el solado y tres hiladas de los muros de esta Ynclusa» [3]. Tras la larga paralización de las obras, cuando la empresa privada, bajo dirección facultativa de Epifanio Esteban, procede a continuar la ejecución de estas esclusas se hizo en la forma y las dimensiones realizadas en tiempo de Juan de Homar. Fueron las rígidas instrucciones del ingeniero inspector facultativo del Gobierno, Antonio Prat, las que obligaron a derribar lo ya construido para que las esclusas adoptaran la forma rectangular y las dimensiones suficientes para una sola embarcación [4].
Esclusas de Soto Albúrez |
Las esclusas que se construyeron a partir
de las de Soto Albúrez adoptaron las dimensiones propuestas por José Agustín de
Larramendi: 100 pies de longitud por 18 de ancho entre las compuertas [5]. Por
su parte, las que se ejecutaron en el canal de Campos se ajustaron a lo
establecido en la Real orden de 5 de febrero de 1834: 90 pies de longitud por
17 de ancho entre las compuertas [6].
Quinta esclusa del ramal de Campos |
Las nuevas modificaciones experimentadas
por las esclusas tuvieron lugar en 1959, cuando se decide que el uso del riego
sea la actividad principal, junto al abastecimiento de agua, suspendiéndose
definitivamente la navegación en el Canal de Castilla. Es a partir de entonces,
y como consecuencia de las exigencias que impone el regadío, cuando comienzan a
sustituirse los elementos técnicos ligados a la navegación por aquellos otros
que hacen posible el riego, como se verá más adelante [7].
Seguidamente se describirán los elementos originales que se conservan actualmente en las esclusas y aquellos otros que las han modificado.
Detalle del plano de Fernando de Ulloa de 1760. AGMM// esp-7-10 |
La caja
de boquillas
En una de las dos aletas de la embocadura se abre la caja de boquillas o, como dice Sánchez Taramas, el «conducto con sus tajaderas por donde se dejan salir las aguas del Canal cuando no trabajan las Ynclusas; y llevándolas por una acequia, se vuelven a introducir (en el Canal), después de aprovechar su desnivel en el uso de molinos o batanes». Fernando de Ulloa añade a estas funciones la de dar «salida a las aguas que desde luego han de emplearse en el riego a cuyo fin están abiertas las acequias principales…» [8].
Caja de boquillas de la esclusa 8.ª del ramal del Norte |
Este tipo de boquillas solo existen en el ramal Norte, y en algunas esclusas han sido modificadas. En las esclusas de Calahorra de Ribas, al disponer el puente delante de las mismas, la toma de la derivación se realiza en el propio puente a través de un arco muy rebajado.
En los ramales Sur y de Campos, el Inventario de 1851 las denomina muros o entradas del cuérnago.
Toma de agua para el cuérnago en El Serrón |
A continuación, en ambas aletas, en los denominados «morros», se tajan sendas acanaladuras verticales, llamadas recatas, que en palabras de Juan Muller tienen como destino «introducir por ellas diferentes cuartones horizontalmente, los unos sobre los otros, los cuales formando una presa de cada lado, facilitan y dan lugar para recomponer el suelo y puertas de la esclusa, siempre que sea necesario» [9].
Recatas en la esclusa 1.ª del ramal |
Los telares o guardapuertas
Seguidamente de las recatas, los muros de la esclusa se retranquean para acoger las puertas cuando están abiertas. Este rebaje en el muro recibe distintas denominaciones: telar, caja, encasamento y guardapuertas. Como señala Sánchez Taramas, en la misma caja «se ha de hacer otra (…) para que reciban las taxaderas y guías con que se cierran los postiguillos» [10]. Esta segunda caja solo aparece en las esclusas del ramal Norte y en las primeras del ramal Sur, así como en la esclusa de la tercera retención.
Esclusa séptima |
Las puertas
Las puertas constituían el elemento fundamental para posibilitar la navegación por el canal. Solo se conservan, si no recuerdo mal, las metálicas de la retención de san Andrés, las superiores de la tercera retención y las de la esclusa 42. Se han repuesto las de las esclusas 6, 14 y 22-24 en el ramal Norte; y las de la sexta y séptima del ramal de Campos. Las puertas de doble hoja son de tipo mitra, provistas de unas portanas de desagüe con cierre de guillotina en la parte inferior.
Puertas en la esclusa 14.ª del ramal Norte |
Los tornos
Las puertas se abría a brazo en los primeros tiempos del Canal; a principios del pasado siglo se cambiaron las de madera existentes por otras metálicas y un nuevo sistema de apertura por medio de un torno movido por un timón que accionaba un sistema de poleas y palancas. En muchas esclusas se conservan los apoyos de piedra o cabrestantes utilizados para fijar los tornos con los que se manejaban los portones de la esclusa. En la sexta del ramal Norte se ha reproducido un torno.
Esclusa 15.ª del ramal Norte |
El busco
En relación con las puertas está el busco, umbral de la esclusa con forma de bloque triangular sobre el que asientan las puertas al cerrarse. Habitualmente está cubierto por las aguas.
Los vasos o balsas
Los vasos o balsas de las esclusas son, lógicamente, los elementos fundamentales de las mismas. La balsa tiene forma oval o elíptica en las construidas en el siglo XVIII. Según Sánchez Taramas este tipo de balsas tiene la ventajas de ofrecer una mayor resistencia a los empujes de la tierra envolvente y la de permitir el paso a la vez de dos embarcaciones, con lo que se gana tiempo en el proceso de subida o bajada por el Canal [11].
Esclusa 4.ª del ramal Norte |
En las esclusas que se construyeron en el siglo XIX se sustituyó la forma oval de los vasos por la rectangular que solo permite el paso de una sola barca cada vez. Esta desventaja se compensa con el ahorro de tiempo y de volumen de agua en la maniobra, así como en el coste de la construcción de la esclusa.
Segunda esclusa del ramal de campos |
La mayor parte de las esclusas tienen un solo vaso pero, como explica Sánchez Taramas, cuando la caída o desnivel es superior a los 14 pies se hace necesario dividir la caída en dos, tres o más balsas. En el Canal de Castilla encontramos estos agrupamientos en Frómista (4), Calahorra de Ribas, El Serrón y Soto Albúrez (3), Olmos de Pisuerga, Grijota y Viñalta (2). A partir de 1831 ya no se realizan estos agrupamientos.
Las cuatro esclusas de Frómista |
Las tres esclusas de El Serrón |
Las dos esclusas de Viñalta |
Los puentes de las esclusas
Todas las esclusas disponen de un puente de comunicación, salvo la tercera y la quinta del ramal Norte que carecen del mismo.
La esclusa 3.ª del ramal Norte sin puente |
Solamente en el agrupamiento de Calahorra de Ribas el puente se sitúa aguas arriba de la esclusa 22.
Puente en las esclusas de Calahorra de Ribas |
En el resto de las esclusas, el puente se ubica aguas abajo de las mismas. Los puentes de las esclusas del ramal Norte y las del ramal Sur hasta las de Soto Albúrez, inclusive, presentan un arco de medio punto.
A partir de la esclusa 37, los arcos son escarzanos. En el caso de las esclusas del ramal de Campos, los puentes integran el arco de la esclusa y el correspondiente al canal de derivación. En los pretiles destaca el bloque central que servía de guía para los barqueros. No están presentes en los puentes de las esclusas del ramal de Campos.
Puente de la esclusa 41.ª del ramal Sur |
Puente de la segunda esclusa del ramal de Campos |
Como ya se ha señalaso, a partir de 1959, tras la suspensión definitiva de la navegación en el Canal de Castilla, las exigencias que impone el regadío condujeron a la modificación de algunos elementos de las esclusas y de su entorno.
Los aliviaderos
Aliviadero en la esclusa 6.ª del ramal Norte |
Desagüe del aliviadero de la esclusa 5.ª del ramal Norte |
En Calahorra de Ribas, la presencia excepcional del puente delante de las esclusas, condujo a la construcción de sendos aliviaderos bordeando las paredes rebajadas de la primera esclusa del conjunto. El derrame en cascada del agua por las paredes de la esclusa produce los efectos espectaculares que se pueden admirar.
Las esclusas de calahorra al atardecer |
Las alzas fijas de cemento con pasarela
Al suprimirse la navegación, las puertas inferiores sobraban y las superiores podrían haberse mantenido a modo de retenciones, pero debido a su alto coste de mantenimiento se sustituyeron por una sencilla presa cilíndrica de hormigón. Se aprovecharon los trampones de las puertas para colocarlos en el paramento de la presa, que también son vertederos. Sobre la presa se colocaron unas sencillas pasarelas semejantes a las existentes.
Alza o presa de hormigón en la esclusa 4.ª del ramal Norte |
Esclusa 42.ª del ramal Sur |
Séptima esclusa del ramal de Campos |
Referencias
[1] Fernando de Ulloa (1786):
«Relación histórica de los Canales de Castilla», f. 260. [AGMM. CGD. R.23.
Sign. 3-2-1-1 (Parte 2), ff. 250-264].
[2] Antonio Federico de
Flobert (1761): «Expediente sobre advertencias y prevenciones para su
cumplimiento en las obras de ejecución de una porción del Canal de Castilla
desde el estrecho de Nogales sobre el río Pisuerga hasta el río Carrión». [AGCHD-CCHC0006/16].
[3] Juan de Homar: El Canal de
Castilla. Cartografía de un proyecto ilustrado. Estudio preliminar por Juan
Helguera Quijada. Madrid: Ministerio de Obras Públicas y Transportes, y Turner
Libros S.A.
[4] Epifanio Esteban (1831): Oficio sobre la ejecución de las esclusas de Soto Albúrez. [ACHD- CCHC0080/12]
[5] Fernando Sáenz Ridruejo
(1991):
«Comentario al artículo “Notas sobre José Agustín de Larramendi”…». ROP,
septiembre_3305_05
[6] Canal de Castilla: «Reglamento
para las direcciones económicas y facultativas del Real Canal de Castilla y sus
dependencias [y otros documentos]» - Manuscrito -, folio 67. ¿1834? Biblioteca Digital Hispánica.
[7] Manuel Jiménez Espuelas (1960):
«Proyecto de transformación del Canal de Castilla». Javier Arribas
(1990) «Modelo vivo de ingeniería hidráulica» en Actas del congreso sobre
conservación y desarrollo de los recursos del Canal de Castilla», pp. 49-53.
Palencia.
[8] Fernando de Ulloa (1767):
«Relación del Canal de Castilla y el de Campos». [AGMM. CGD. R.23. Sign.
3-2-1-1 (Parte 2), ff. 91-92].
[9] Juan Muller (1769):
«Tratado de Fortificación. Arte de construir los Edificios Militares y
Civiles». Traducido y aumentado con notas, adiciones y láminas por Miguel
Sánchez Taramas. T.II, pág. 189 (Barcelona, 1769).
[10] Miguel Sánchez Taramas,
obra citada, pág. 270.
[11] Miguel Sánchez Taramas, obra citada, pág. 281..
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