Localización: Osorno la Mayor
Aproximación desde la esclusa 15
En los caminos que conducen desde la esclusa al acueducto se puede disfrutar de panorámicas muy sugestivas.
El acueducto de la Vallarna
Antes de concluir las obras del acueducto de Abánades ya se iniciaron las tareas de excavación del tramo entre este mismo acueducto y Requena, concluido en 1781. En este tramo, entre las obras de cantería realizadas, se encuentra el acueducto que salva el paso del río Vallarna, realizado entre 1777 y 1779.
Este acueducto, realizado con sillería de piedra caliza, consta de 3 arcos de medio punto, cuyo diámetro es de 4,20 m por 25,80 m de fondo, y pilas intermedias con tajamares que llegan a la altura de las claves de los arcos. Una imposta recorre el paramento en la base de los pretiles y en el arranque de las aletas.
2015, margen izq. |
Resulta llamativa la moldura utilizada como elemento ornamental en los ángulos formados entre el muro frontal y las aletas, debajo de la imposta.
Camino de la arqueta de Cabañas
La arqueta de riego
Con la arqueta de Cabañas se inicia una serie de 8 casetas que presentan características muy similares. Según Fernando de Ulloa estas ocho casetas se incluyen entre las obras aún no construidas en 1786.
En general tienen dimensiones algo más reducidas que la arqueta de Abánedes pero con una silueta más esbelta.
La arqueta de Cabañas tiene una planta cuadrada (3,00 x 3,00 m), con una cornisa que recorre todo su perímetro y que recoge las aguas de la cubierta. Desagua mediante una gárgola. Su cerramiento se realiza con sillería de piedra caliza en el exterior y un revestimiento de ladrillo prensado en el interior.
El edificio se cubre con cúpula de ladrillo forrada al exterior con losas de piedra. Parte de las placas superiores ha desaparecido así como su remate. Se conservan los mecanismos de regulación en la alcantarilla, como se puede ver en la imagen.
Desde la arqueta al puente
Puente de Cabañas
El puente fue construido entre 1779 y 1780. Sigue el modelo ya descrito del puente de Carrecalzada, con características y dimensiones muy parecidas. A saber, el arco de forma elíptica, los andenes, la imposta y, sobre ella, los pretiles.
¿Por qué se opta por el arco de forma elíptica? La respuesta nos la da Juan Muller en su Tratado de fortificación: «Ordinariamente se hacen los arcos de los puentes en figura semicircular o de medio punto; pero cuando tiene demasiada anchura se construyen elípticos, para evitar que se eleven mucho. (...) De los arcos rebajados se saca otra utilidad y consiste en que la cantidad de sillería necesaria para formar los arcos se reduce en la misma proporción, disminuyendo el coste de estas obras».
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