Agradecimientos
La redacción del siguiente texto no hubiera sido posible sin la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Duero con sus esfuerzos de digitalizar los fondos de su Archivo y poner a disposición de quienes no pueden consultarlos presencialmente los distintos documentos. Agradezco especialmente a la persona encargada del Archivo, Dña. Inmaculada Rodríguez Casado, su amabilidad, su disponibilidad y buen hacer.
De Juan de Homar a Epifanio Esteban
Juan Homar decía en el
Perfil General de los Reales Canales de Castilla… de 1806 que «está
construido el solado y tres hiladas de los muros de esta inclusa», referida a
la triple esclusa unida de Soto Albúrez, cuyo dibujo ilustra al breve texto. Por
su parte, Juan Helguera nos informa en su famoso trabajo, «Aproximación a la historia
del Canal de Castilla», que a partir de 1804 y hasta 1831 solo se pudieron
llevar a cabo trabajos de conservación y mantenimiento.
Tras la publicación de la Real
Cédula de 17 de marzo de 1831 por la que se concede a «D. Alejandro Aguado y a
sus socios la Empresa del Canal de Castilla, los directores de la nueva Empresa
proponen al ingeniero Epifanio Esteban como director facultativo en jefe de las
obras de prolongación del ramal Sur.
En un oficio de 10 de julio de
1831 dirigido a los directores de la Empresa, Epifanio Esteban les informa de
que, tras largas pesquisas en Madrid y Valladolid, no ha encontrado los planos de
los proyectos realizados anteriormente y que solo ha localizado una breve
memoria de Juan de Homar y otra de José Agustín de Larramendi, ambas alusivas
al Canal del Sur. En dichas memorias detecta algunos errores y, sobre todo, la
imposibilidad de realizar sus proyectos, con el presupuesto previsto por la Empresa
para la realización de la obra y en el tiempo fijado. Según Esteban, los ocho
millones de reales calculados para todo el tramo comprendido entre Albúrez y
Valladolid se gastarían en el paso de Dueñas. Se requeriría, por otra parte,
duplicar el número de confinados entregados por el Gobierno (1).
Mientras tanto, Esteban ha
iniciado con los ingenieros a sus órdenes el levantamiento del plano de la
parte más urgente que comprende desde donde cesaron los trabajos hasta pasada
la villa de Dueñas, y para ello se ha tomado como referencia para realizar las nuevas
nivelaciones el solado de la esclusa 36. Este plano tiene fecha de realización
de 1 de noviembre de 1831.
El cambio en el diseño de las esclusas
Antes de que estuviera concluido el plano, ya se iniciaron las obras de prolongación del ramal del Sur en las esclusas de Soto Albúrez. A principios del mes de agosto, Epifanio Esteban tenía concluidos el plano y elevación de las mismas, así como el pliego de condiciones para la realización de la subasta de la contrata de las obras. Para entonces, conocía las observaciones contenidas en la Real Orden referidas a la construcción de las esclusas; en concreto, que no estén agrupadas, que tengan meno saltos y que sus costados tengan figura recta y no curvada. Según Esteban, las dos primeras observaciones eran impracticables en el caso de Soto Albúrez porque los cambios planteados hubieran requerido el replanteamiento de todo el tramo anterior ya construido, y en cuanto a la tercera, aunque sí podía llevarse a efecto, no compensaba el cambio. Por estas razones, Esteban decidió no introducir modificaciones ni en los planos ni en las bases para la subasta y, por tanto, continuar la construcción de las esclusas con las dimensiones y figura que tenían. Para esta decisión contaba, además, con el acuerdo de Larramendi (2).
Sin embargo, Esteban recibe una notificación de la dirección de la
Empresa en la que se le insta a que todo lo que haga y proponga al gobierno
debe contar con la conformidad del Inspector facultativo del gobierno, Antonio
Prat.
A tenor de las decisiones
tomadas posteriormente, parece ser que Prat cedió en las dos primeras
condiciones, pero no en la tercera. De manera que hubo que derribar los muros laterales
de las esclusas que se hallaban construidos hasta los 9 pies de altura, para
dar a la cámara la figura rectangular en lugar de los costados curvos que
tenían, e iniciar la reconstrucción de todo el conjunto, comenzando en la
esclusa 36 (3).
Resulta llamativo el hecho de que la esclusa 34, aunque
tenga las dimensiones para una sola barca, conserve los costados ligeramente
curvos. Considero que fue la forma elegida por Epifanio Esteban para no romper
del todo con las esclusas precedentes y que la esclusa 34 sirviera de puente
entre lo antiguo y lo nuevo.
Las primeras obras de excavación y relleno
La ejecución de las obras desde Soto Albures hasta pasado Dueñas se dividió en tramos, en los que se podía trabajar simultáneamente. En estos tramos, y hasta mediados de septiembre de 1831, los trabajos se centraron en tareas de excavación y relleno. Como aspectos más destacados se pueden señalar los siguientes: obras de nivelación y reparación del trozo de 1200 varas construido anteriormente por el Estado; excavación de la caja de la esclusa 37 de 100 pies de longitud, 30 de ancho y 10½ de profundidad; excavación de la caja de la esclusa 38 de 100 pies de longitud, 30 de ancho y 8 de profundidad; inicio de la demolición del puente viejo de Dueñas; descubrimiento de una presa antigua enterrada en la arena y el limo depositado por el Pisuerga tras su retirada, entre el torreón del puente y la aceña del duque de Medinaceli, que servirá de base para la construcción del murallón; y construcción del cimiento de muros y solera del acueducto de Puertas de Villa, aprovechando los tajamares del molino del duque.
Fuente: Biblioteca virtual de Defensa- SG. Ar.E-T.7-C.1-285 |
Véase en este croquis de 1812 el tramo de 1200 varas construido en el Canal antes de 1831.
Aunque Epifanio Esteban y Agustín de Lanuza ofrecen información periódica del progreso de las obras en cada uno de los sectores del ramal Sur, creo que puede resultar más interesante ver la evolución de las obras de fábrica que se fueron construyendo en el tramo comprendido entre Soto Albúrez y el acueducto de Puertas de la Villa (4).
Las esclusas 34,35 y 36
A finales de noviembre de 1831 se suspendieron las obras en las esclusas, por culpa de las continuas heladas, para reiniciarlas en la segunda quincena del mes de marzo de 1832. Se continúan las obras en la esclusa 36 y en su puente de comunicación y se levanta el solado de la esclusa 35 para sentarlo con mortero hidráulico, obras que siguen en la siguiente quincena del mes de abril con la eliminación de la mampostería que rodeaba la primera hilada, el asentamiento de la segunda y la canalización fuera de la esclusa de las filtraciones provenientes de la 34. Entre mediados del mes de abril y el mes de mayo se concluye la esclusa 35, se asienta el solado de la 34 y se elevan algunas hiladas de sus muros laterales. A lo largo del mes de septiembre de 1832 se concluyen las esclusas de Soto Albúrez y se echan las aguas desde estas esclusas hasta la zona de Culdeque, para comprobar la resistencia de los diques.
El acueducto de Raya
La construcción del pequeño acueducto de Raya está convenida desde noviembre de 1831, pero su ejecución se paralizó porque el Comisario de obras no permitió el uso de piedras que no hubieran sido medidas por el maestro mayor. Sin embargo, en la primera quincena de abril de 1832 se estaba colocando la primera hilada de dovelas y el acueducto se concluye en el mes de mayo del mismo año. Presenta un cañón o bóveda de 100 pies de longitud, 4 de diámetro y 6 de altura en la clave, y termina con alas rectas en la embocadura superior e inferior.
El acueducto de Culdeque
El acueducto de Culdeque, cuya caja se abrió en la primera quincena de abril de 1832, tiene ya colocados sus cimientos y las primeras hiladas de sus muros a lo largo de la segunda quincena de abril y mayo. Concluido en el mes de septiembre, presenta un cañón o bóveda escarzana de 100 pies de fondo, 8 pies de claro y alas superiores e inferiores rectas.
Las esclusas 37 y 38
En la primera quincena de septiembre de 1831 se llevó a cabo la excavación de las cajas de las esclusas 37 y 38, con unas dimensiones de 100 pies de longitud y 30 de ancho; la profundidad varía en ambas esclusas: 10½ pies en los 37 y 8 pies en la 38. En mayo del año siguiente están concluidos sus cimientos y, en septiembre, ya solo faltan 6 pies para su coronación y realizar el arco del puente de la 38. Cuando el 10 de noviembre corrieron las aguas por todo este tramo aún quedaba por colocar la última hilada en la esclusa 37 y se estaba ejecutando el arco del puente de la 38. Aguas abajo, se había construido un puente provisional de madera para facilitar el tránsito.
El Murallón de Dueñas
La obra del Murallón de Dueñas se inicia en la segunda quincena del mes de marzo de 1832 y para ello se aprovecha como basamento la antigua presa descubierta en el proceso de excavación. Los trabajos avanzan y a finales del mes de mayo de se han concluido las partes contiguas al acueducto y están a falta de 4 pies en el resto, que se concluirán en septiembre de ese mismo año.
Acueducto de Puertas de Villa
Los tajamares y otras partes del molino del duque de Medinaceli van a ser aprovechados para la construcción del cimiento de los muros y los macizos de la solera del acueducto de Puertas de Villa, en la segunda quincena del mes de marzo de 1832. A finales de mayo de 1832 se han asentado 8 hiladas de dovelas y estarán concluidas a finales de septiembre. El acueducto presenta un arco escarzano de 22 pies de claro y 3 de altura, coronados sus frentes con imposta y cornisa. Permitirá dar salida al arroyo de San Juan y a las aguas de las vertientes superiores de Dueñas.
Ceremonia de echada de las aguas
(1) ACHD-CCHC0080-09
(2) ACHD-CCHC0080-12
(3) ACHD-CCHC0080-21
(4) ACHD-CCHC0053-05
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